“Llegan
y son infinitos, Mick,
con el olor del cosmos,
vestidos de harapos de luna…
los ángeles náufragos.”
(Raúl Núñez. “Poema para aullar a Mick Jagger y a Dios”)
Hace ya bastantes años que inauguramos esta sección de Insólitos con la reivindicación de un escritor entonces casi totalmente desconocido, al que después el tiempo ha hecho justicia – se han sucedido ediciones y reediciones de su obra, artículos, homenajes varios, etc.-, era José María Fonollosa. Después vinieron otros muchos, algunos todavía permanecen en el ¿limbo? del olvido; otros, en cambio, están empezando, si no lo han hecho ya, a despuntar en su valoración; pero a todos ellos les llegará tarde o temprano -más tarde
que temprano, las más de las veces- su justo reconocimiento. Para que ello ocurra será necesaria la entusiasta y altruista labor de autores clarividentes, en el buen sentido, que no tengan más intereses que aprehender una realidad literaria en toda su extensión y satisfacer su infinita curiosidad, que gocen de un punto de vista no sesgado por los cánones del stablishment, capaces de rastrear entre la maleza de las imposiciones del monopolizado mercado crítico-editorial, para hallar manifestaciones literarias en toda su pureza, joyas alternativas que no se plegaron a las modas imperantes y que, por tanto, sufrieron el ostracismo y la indiferencia. Sin el trabajo de investigación y de revelación de estos autores, la historia de la literatura sería la historia monolítica de los bendecidos, por diversas circunstancias y no siempre literarias, por el poder. Imagínense una historia de la literatura sin Villon, sin Poe o sin Baudelaire. Esta sección contribuye humildemente con su granito de arena, en cada nueva edición, a que esto no ocurra.
Ha llegado el momento de reconocer y rescatar del olvido al poeta y narrador Raúl Núñez, un verdadero escritor maldito de nuestras letras que, paradojas de la literatura, figuró en los catálogos de las editoriales más prestigiosas de este país ( llámense Tusquets y Anagrama) y cuyas novelas inspiraron incluso dos películas, pero que después desapareció de la noche a la mañana. Una inmerecida losa de silencio ha gravitado sobre su obra en las últimas dos décadas, entre otras causas, por no contar con la bendición de la crítica canonizada. No obstante, cada vez son más las voces de una nueva generación que, harta de las imposiciones de los suplementos literarios y las revista oficiales, han contrapuesto desde los medios a su alcance, principalmente sus blogs, la figura de este autor, que representa al hombre de la calle, al perdedor que lucha por sobrevivir encajando los golpes de la vida, al enajenado y domesticado panorama literario actual, en el que predominan la ingenua evasión comercial, la idealización histórica, el onanismo metaliterario gratuito o la abstracción seudofilosófica. Sin duda, han contribuido a su reivindicación dos felices acontecimientos editoriales: la publicación de toda su obra poética completa por la editorial Baile del Sol bajo el título de Marihuana para los pájaros (1), prologada por Alfons Cervera y epilogada por Uberto Stabile; y el homenaje que el fanzine Vinalia Trippers le brinda en su suplemento Poemash. Especial Raúl Núñez (2), en el que doce poetas actuales – entre los que se encuentra quien suscribe este artículo- rinden tributo al maestro.
Hemos contactado con varios participantes de la antología de Poemash y con otros que sienten admiración por Raúl Núñez, todos fundamentales en la escena literaria alternativa actual, protagonistas de conocidas antologías y autores de diversos libros, y han accedido amablemente a dejar sus impresiones y opiniones sobre su figura y obra, en lo que pretende ser un homenaje de la sección Insólitos a un insólito imprescindible a través de las voces de “insólitos” actuales, que hallarán más adelante su lugar monográficamente en estas páginas. Ellos son: DAVID GONZÁLEZ (Gijón, 1964); VICENTE MUÑOZ ÁLVAREZ (León, 1966); JOSÉ ÁNGEL BARRUECO (Zamora, 1972); GSÚS BONILLA (Badajoz, 1971); JAVIER MEMBA (Madrid, 1959); ALFONSO PASCAL ROS (Pamplona, 1965); ESTEBAN GUTIÉRREZ GOMÉZ, “BACO” (Madrid, 1963); SONIA SAN ROMÁN (La Rioja, 1976); PATXI IRURZUN (Pamplona, 1969); INMA LUNA (Madrid, 1966); ANDRÉS RAMÓN PÉREZ BLANCO, “KEBRAN” (Illescas, 1976) y SILVIA D. CHICA (León, 1968).
Raúl Núñez nació en Buenos Aires en 1946, pero ya en los primeros 70 se traslada a Barcelona, ciudad en la que permanecerá, si exceptuamos un paréntesis de dos años en Ámsterdam y una breve estancia en Madrid, hasta su traslado definitivo a Valencia a finales de los 80, donde morirá en 1996. Dejó escritas varias novelas: Derrama whisky sobre tu amigo muerto (3), Sinatra (4), La rubia del bar (5) –estas dos últimas llevadas al cine por Francesc Betriu y por Ventura Pons, respectivamente-, A solas con Betty Boop (6) y la inédita Fuera de combate; una selección de los textos que semanalmente publicaba en la Cartelera Turia: El aullido del mudo (7); y los poemarios: Poemas de los ángeles náufragos (1969-70), San John López del Camino (1970-71), Jougla rock (1971-72), Cannabis Flan (1976) y la antología People, editada en Tusquets en 1974 (8), todos ellos recolectados en el ya citado volumen conjunto de Marihuana para los pájaros (1).
A pesar de este rico legado, Raúl no ha tenido el reconocimiento merecido, es un “maldito”, pero no un maldito de pose o de escaparate, sino de verdad. Según David González, “"maldito" es un artista que es pobre de solemnidad y cuya obra no ha sido reconocida por sus contemporáneos.En el caso de Raúl esto tiene delito”, a continuación se refiere el autor de El amor no es contemporáneo a sus ediciones en Anagrama y Tusquets y a la versión cinematográfica de La rubia del bar, y añade: “Sucedió que en aquellos años, del 70 al 75, la corriente poética predominante era la que escribían los llamados Novísimos, y claro, Raúl estaba vendido ya de antemano. Su poesía recogía reminiscencias de la poética de la Beat Generation, además de incorporar elementos de lo que se ha dado en llamar "Realismo sucio", por lo que, a mi entender, Raúl Núñez puede ser considerado como el introductor de dicha corriente poética en España, cuyo máximo representante fuera de nuestras fronteras no era otro que Charles Bukowski. Puede decirse que Raúl se adelantó a su tiempo y de algún modo lo pagó. Y lo sigue pagando. Pues a pesar de que no hace mucho se editó su poesía completa bajo el título Marihuana para los pájaros (Ediciones de Baile del Sol), casi puede decirse que sigue siendo un autor desconocido para la mayor parte de la gente.”
El novelista y articulista Javier Memba, uno de los mayores especialistas en escritores malditos, habla de “Una opción en verdad insólita en el panorama literario español de finales de los años 70, cuando lo canónico era el compromiso, la denuncia del pasado político del país, la sempiterna Guerra Civil y otros tostones por el estilo. Recuerdo que lo descubrí en la misma colección que a Kerouac y Burroughs, la Star Books, todo un mito en la contracultura y la marginalidad españolas, de la que Derrama whisky sobre tu amigo muerto era su número 28. De People, su antología poética, me llamó la atención la primera frase de la contraportada en la que se anunciaban aquellos versos como "una galería de freaks". "Freak" era una palabra clave para los que estábamos en aquel ajo.” Comulgando con la opinión de Memba, Esteban Gutiérrez Gómez se refiere a Núñez como “el espíritu de la contracultura, la fotografía de la verdad”. Todos coinciden en asociar malditismo y verdad, en Raúl la palabra maldito cobra visos de auténtica verdad humana, así, para Andrés Ramón Pérez Blanco, “Raúl fue un maldito (el malditismo no se imposta, amigos), un maldito que nos regaló LIBROS con mayúsculas”, es “la última esperanza de la verdadera literatura, la que nace en las calles, es esta especie de país, llamado España, en el que los auténticos escritores fenecen de olvido, cuando no de hambre”.
Gsús Bonilla, a la pregunta de qué significa Raúl Núñez para ti, responde que “es como preguntarme que significa para mí “la vida”, es decir, qué significa la existencia, un modo de vivir… Lo bueno de Núñez es que en muchos de sus textos hace honor al significado de “ser humano”, con sus aciertos y sus fracasos, con sus virtudes y sus defectos.” Núñez halla en su literatura la perspectiva ideal para auscultar el latido del hombre de la urbe que vive en soledad, mas no de aquél degradado e idiotizado por el contexto, sino de ese otro que aún no ha sucumbido a sus alienadores peligros y conserva su capacidad de amar en estado puro: el marginal, el vagabundo, el artista, el “angel náufrago” excluido de la sociedad, noble, fraternal, honesto, capaz de sentir mágicamente la realidad, con o sin ayuda psicotrópica, albergando el único “viejo sueño/ de cambiar el corazón del hombre” (“La frontera”). Para ello está la palabra, que “sobrevivirá a todo” (“Veinticuatro años”), la poesía que redime lo mejor del hombre, “mientras afuera se matan/ los hombres que no escriben” (“Poema en el baño”), pero que quedaría invalidada si constituyera un fin en sí misma y no brindara amor: “no es cuestión de hacer poesía/ sino de dar amor” (“Juan, el náufrago”).
Y Raúl Núñez lo da, vaya si lo da, pues en ello le va la literatura y, aún más, la vida: “Raúl vive y llora en su poesía porque fue carne de poesía, un poeta suicida desde el primero de sus versos hasta el último punto y seguido”, señala la poeta Inma Luna -creadora, por cierto, de la portada de Marihuana para los pájaros -, quien se acercó al “virus poético de Raúl Núñez” y constató en carne propia cómo “sus versos sobrecogedores me hablaron de un hombre infectado por la mirada poética de la vida, de la vida que retuerce los huesos y se ceba con los frágiles.” Los frágiles, los perdedores, los excluidos… son los protagonistas de la obra de Raúl: Pedro, el venezolano; David; Juan, el náufrago; Águila Blanca y Johnny; Paranoia Kid; Picaporte Dream; Antonio Castro, ese Sinatra que bebe al tiempo que mide en la barra del bar los límites de su soledad… Hasta los héroes quedan humanizados con la pluma de Raúl: Superman es “sólo un hombre/ que muere de soledad/ en un paraíso de cemento” (“Superman”); Jesús de Nazareth es un vagabundo alcohólico que reparte sus “palabras con piel” y “su aliento de ginebra/ para todos los hombres.”(“A Jesús de Nazareth”).
Llegados a este punto, la comparación de Núñez con Bukowski es inevitable. Para David González, como ya quedó dicho más arriba, es el introductor del realismo sucio en España; para Vicente Muñoz Álvarez, es “el heredero hispánico de la Beat Generation y el pionero del realismo sucio en nuestro país”. Gran parte de la atracción que sentimos por Raúl Núñez deriva precisamente de haber sabido, en palabras de Sonia San Román, “encontrar una veta poética en canteras donde otros aún no se habían atrevido a picar”, algo que, sin lugar a dudas, lo entronca con el autor de La senda del perdedor; no en vano fue introducido en la antología homenaje que al escritor norteamericano hicieron Vicente Muñoz Álvarez y Patxi Irurzun en Resaca/Hankover: Un homenaje a Charles Bukowski.
Según Patxi Irurzun, en la “novela urbana” (así se subtitulaba Sinatra) de Raúl “aparecían escenarios que hasta entonces yo no había encontrado en los libros: bares, la calle, los barrios marginales, y toda la fauna humana que los habitaban (perdedores, alcohólicos, prostitutas...)”, parafraseando a Memba, “fue un precursor en escribir en español sobre bares y perdedores”; pero, como añade Irurzun, “vino a sumar a lo que aportaba Bukowski un humor más esperpéntico, más cercano a la tradición de literatura en castellano. Era como un cruce entre Hank y Eduardo Mendoza”.
José Ángel Barrueco también resalta su “humor desenfadado”, “entre tanta desgracia y tanta miseria, siempre coloca alguna frase que incita a la risa.” De otro lado, Alfonso Pascal Ros considera que la comparativa con Bukowski de la primera impresión es “inevitable pero facilona además de inadecuada… Hay mucho mal imitador, sólo eso, que no pasa de ajustar pose maldita en barra de bar y voz arrastrada de al catre, nena. Luego hay poetas-referencia, poetas alucinatorios que coinciden en el siglo más o menos, ya me entienden, en Los Ángeles o en la Barcelona de putas y otros oficios peor remunerados, voces como la de Raúl Núñez que descarnan verdad y brillantez, fragilidad en cada poro.” Dos poetas-referencia, dos almas gemelas, pues, que se adelantaron al llamado realismo sucio. Para Alberto García- Teresa, en su reseña a Marihuana para los pájaros (10), “Raúl no llega al realismo sucio porque no hay un regodeo en ello, una exaltación, sino una plasmación de un estilo de vida, con unos valores a los que él se adhiere y que exalta”. Ahora bien, no hay que olvidar que el crítico se refiere a Raúl-poeta, ya que si hablamos de Raúl-novelista no podemos menos que suscribir las palabras de José Ángel Barrueco cuando nos recuerda que “en la narrativa, se adelantó a muchos de los denominados realistas sucios españoles que luego se han llevado la gloria, aunque, como apuntara David González, Raúl lo hizo primero: historias contadas con una prosa sin aderezos, que iba al grano y recorría los ambientes turbios de Valencia o Barcelona.”
Los valores a los que, según García-Teresa, se adhiere y exalta Raúl Núñez en su poesía son en gran parte los de la Generación Beat. Las huellas de esta generación, que ya han apuntado más arriba David González y Vicente Muñoz Álvarez, son irrefutables. El “tono psicodélico como resultado de haber fumado varios canutos e ingerido algunos ácidos” (José Ángel Barrueco) que tiene gran parte de su poesía – omnipresente en Cannabis Flan-, en la que las puertas de la percepción de la realidad quedan abiertas a la aprehensión de ésta a través de nuevas ópticas, sin descartar la metáfora delirante de cuño surrealista; el canto a la vida marginal “on the road”; el sexo; el alcohol; las alusiones al jazz y al rock; los homenajes a Ginsberg, a Kerouac… lo certifican. Para Silvia D. Chica, Raúl Núñez, “fue un beatnik a la española, un outsider, que yo emparentaba con aquella incipiente y desconcertante literatura norteamericana on the road que devorábamos.
Me sentía identificada con sus referentes musicales, con su ritmo pop, con su galería de freaks, con su prosa directa y espontánea sin remilgos.”
Cuando preguntamos por las influencias de Raúl en la literatura actual, Esteban Gutiérrez Gómez no se anda por las ramas: “La corriente poética llamada "de la conciencia", el mal llamado "realismo sucio" o la poesía confesional española le deben mucho a este autor. Desde Vicente Muñoz a Carlos Salem, desde Karmelo Iribarren a David González, son muchos los que bebimos de sus vinos y nos quedamos marcados.” Patxi Irurzun restringe esa influencia al ámbito underground, ya que “no ha calado demasiado por arriba”, “no hay nada más que ver cómo está el patio de los suplementos culturales de este país”, corrobora Gsús Bonilla. “Por desgracia – dice Kebran-, no conozco ningún escritor actual que escriba sobre la VIDA como Raúl lo
hizo. Duele mucho escribir las verdades. Y duele más leerlas”. Más optimista se muestra Vicente Muñoz Álvarez: “poco a poco, con la recuperación y reedición de su obra, las nuevas generaciones de escritores van conociendo su legado y tomando nota de él, como referente patrio de un estilo de vida y poesía y como punto de conexión con los beat norteamericanos.” Todos coinciden, sin embargo, en que es necesario recordar a Raúl Núñez: “por haberse atrevido a andar por caminos poco transitados; por no limpiarlos
de maleza; por dejarse arañar por ella; por sentirla en las heridas; por no curarlas; por levantar el telón de la noche en la ciudad e invitarnos a güisqui, a jazz, a tabaco y por ser capaz de distinguir, entre el humo, poesía” (Sonia San Román); “por la humanidad, ternura y desolación que emanan” de sus textos (Vicente Muñoz Álvarez); para que quede constancia de que también hay una literatura maldita en nuestro idioma, más allá de los cursos de verano, los concursos, las distinciones y los benditos” (Javier Memba).
Gsús Bonilla se felicita de que haya autores en castellano que mantengan, como Núñez, la “llama de lo políticamente incorrecto” y añade que “siempre es necesario que haya alguien que se dedique a levantar la alfombra para que se vea la mierda que se esconde debajo de ella, y hacerlo a pecho descubierto y de una manera libre en todos los sentidos, honesta y sincera.” Para Muñoz Álvarez, obras como People, Derrama whisky sobre tu amigo muerto, Sinatra o Cannabis Flan (11) son “ya clásicos e imprescindibles”. En este sentido, Andrés Ramón Pérez Blanco va aún más lejos al decir que “tiene libros que debieran ser lectura obligatoria para nuestros jóvenes”.
Desgraciadamente, la educación obligatoria en la actualidad va por otros derroteros, auspiciados por los poderes al uso, y que se hallan en las antípodas de la libertad y la verdad, ante todo y ante todos, defendidas por Raúl Núñez. Por ello, ahora más que nunca es necesaria su lectura, y valga estas páginas, a varias voces, para impulsarla, una canción “de vida” debida a un ángel náufrago. ¿No oyes, Mick, su ritmo liberador?
BIBLIOGRAFÍA
(1) Raúl Núñez, Marihuana para los pájaros, Baile del Sol, Tenerife, 2008.
(2) AA.VV., Poemash. Especial Raúl Núñez, Producciones Vinalia Trippers, 2010.
(3) Raúl Núñez, Derrama whisky sobre tu amigo muerto, Producciones Editoriales, colección Star
Books, Barcelona, 1978.
(4) Raúl Núñez, Sinatra, Anagrama, Barcelona, 1984.
(5) Raúl Núñez, La rubia del bar, Anagrama, Barcelona, 1986.
(6) Raúl Núñez, A solas con Betty Boop, Laia, Barcelona, 1989.
(7) Raúl Núñez, El aullido del mudo, Midons Editorial, Valencia, 1994.
(8) Raúl Núñez, People, Tusquets editores, Barcelona, 1974.
(9) AA.VV., Resaca/Hankover: Un homenaje a Charles Bukowski, Caballo de Troya, Barcelona, 2008.
(10) Alberto García-Teresa, “Marihuana para los pájaros”, Espéculo. Revista de estudios literarios, nº 39, Universidad Complutense de Madrid, 2008.
(11) Raúl Núñez, Cannabis Flan, Ediciones Marte, Barcelona, 1976.
http://www.mediafire.com/?
UN PLACER APARECER EN ESE REPORTAJE Y EN ESTE BLOG
ResponderEliminarUN ABRAZO
KEBRAN
Muy interesante el post! Reivindicar la figura de Raúl Núñez, como bien dices un poeta maldito de las letras, tan marginal como exquisito...
ResponderEliminarPor cierto, ¿para cuando la publicación de la inédita "Fuera de combate"?.
Saludos.-