Los posos de la sed es el tercer libro de poemas de Ricardo Hernández Bravo (Isla de La Palma, 1966), lo publica Baile del Sol y se abre con dos epígrafes de poetas argentinos: Alejandra Pizarnik y Juan Gelman. La elección no es azarosa. Una serie de poemas sin títulos divididos en distintas secciones conforman un libro donde prima el lenguaje. A partir de neologismos, juegos de palabras, aliteraciones, un vocabulario que recoge términos autóctonos canarios y, entre otros recursos literarios, un uso curioso de las formas verbales. Todo se conjura en torno a lo barroco, sin que eso quiera decir que la contención y la sequedad, nunca mejor dicho, marquen el tono: "Espeso beberaje, guarapo del vivir. / En seco el trago; rasa, la sed hasta las madres". leemos.
Un símbolo, sí: la sed. Y la pasión por la palabra que la engendra. Intensidad de lo mínimo. Poemas breves o brevísimos. Mayor expresividad con el menor número de términos posibles. "Simplicidad, alegre arrulladero". Elipsis y silencios que uno tiene a la fuerza que relacionar con una tradición muy marcada de la poesía contemporánea de esas islas y que enlaza, a su vez, con corrientes ultramarinas ya insinuadas. A los nombres de arriba hay que añadir los de Vallejo y Cadenas, a los que Hernández Bravo convoca. A veces, toques de orientalidad: "En el furor interactivo / agua mermada". "Lugar de la palabra", sí, esta sugerente poesía.
http://mayora.blogspot.com.es/2015/03/cuatro-libros.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario