Conocí al autor de esta novela, David Pérez Vega, por su blog literario Desde la ciudad sin cines. Me gusta el tono serio y reflexivo de sus reseñas, los autores latinoamericanos y contemporáneos por los que se interesa (yo suelo inclinarme más por autores más clásicos, ya al abrigo de sus tumbas y el contraste con otros gustos es saludable). Es muy agradable además su dedicación y la paciencia con la que contesta a todos los comentarios, incluso los puntillosos (mea culpa) además de las pocas ínfulas que gasta, siendo una de las voces más interesantes en la "crítica blogosférica". En serio, sus entradas tienen más enjundia que muchos artículos de los magacines literarios de los grandes periódicos.
Bueno, al ajo. Por su blog sabía que ha publicado una novela, Acantilados de Howth y de vez en cuando postea alguno de sus poemas -también tiene un par de poemarios publicados-. Hace poco, con motivo de la Feria del Libro de Madrid, comentó que estaría firmado su nuevo libro: El hombre ajeno. Decidí acercarme y comprarlo porque me gusta cómo escribe y aunque soy muy escéptica con las novedades, hay que arriesgar de vez en cuando.
El
autor firmándome mi ejemplar en la Feria, yo con mis zapatillas de hacer cola. (La
foto la hizo mi amiga Marigel que me acompañó ese día)
El hombre ajeno nos presenta a su protagonista, Juan Linares, en un momento de inflexión en su vida, una de esas mesetas en las que ocurren con frecuencia los hechos importantes. Es un licenciado en Filología Hispánica que mientras termina sus estudios de postgrado se interesa por la vida de un oscuro poeta salvadoreño, Héctor Meier Peláez. En lugar de intentar hacerse un lugar en el mundo académico de la universidad, trabaja descargando camiones en una nave de un polígono industrial para ahorrar y así poderse dedicar a terminar su tesis.
La novela tiene tres partes: la primera y la tercera desarrollan la historia de Juan Linares y la segunda (Interludio) es la narración de la biografía del poeta Meier. Desde un comienzo queda claro que la fascinación de Linares por este poeta en particular tiene que ver no sólo con sus cualidades literarias sino con la vida violenta que llevó. Meier es un trasunto radical del poeta salvadoreño Roque Dalton que militó en la guerrilla del ERP y murió a manos de sus propios compañeros que le acusaron de espiar para la CIA o la inteligencia cubana, en fin,cualquier cargo que justificase la eliminación de ese pájaro que aleteaba demasiado para la jaula de la ideología.
Fuente
imagen: Artículo "Roque Dalton continúa vivo en sus versos: hoy cumpliría
79 años" en Cuba
Debate
El Meier de la historia
es hijo de un inmigrante alemán (el padre de Dalton era estadounidense), ambos
fueron guerrilleros y poetas malditos. A partir de este núcleo común, el autor
desarrolla un personaje con entidad propia.
Aunque el protagonista
de la historia es básicamente un intelectual, queda claro desde el comienzo que
la violencia le genera una fascinación que no es ajena a su historia personal.
Hay una alusión constante a un hecho traumático que marcó el fin de su infancia
y configuró su personalidad actual. El encuentro casual con un antiguo
compañero de colegio actualiza el conflicto y la culpa que arrastra.
Linares parece un tipo
frío que vive como aislado de sus propias emociones por una fina película. Ese
interés por la agresividad parece retrotraerlo a la irreflexión de la infancia,
a un estallido peligroso pero vital. Para poder ubicar a este personaje, hay
una detallada descripción de su mundo: el Madrid de la justo antes de la crisis
económica. El microcosmos de la nave industrial conviven los inmigrantes
latinoamericanos, reventados por los trabajos más duros pero agradecidos por ingresar
por fin en el sistema legal del trabajo con los jóvenes españoles de suburbio.
La descripción de esta
tribu juvenil es de los mayores logros de la novela. Es desolador el paisaje de
esta juventud sin cultura del esfuerzo, sin interés alguno por formarse y que
vive para la religión del fin de semana. Son estos los especímenes que aparecen
en los realities de la televisión y que son tan
patéticamente superficiales que parecen impostados, chicos con unos extraños
peinados esculpidos con gomina y unos cuerpos hipermusculados esculpidos en el
gimnasio: "Les fascinaba la marcha del fin de semana, el dinero
rápido en el bolsillo y los coches para lucirse con música
estridente.".
Es muy interesante la
descripción de esta cultura de las drogas, que no es exclusiva de la
marginalidad: "Cocaína para excitarse, hachís para alcanzar la calma...
otros lo conseguían con café y tila, conducción de coches y masajes, pádel y
meditación budista...". Cada uno con los vicios que se puede
permitir.
Sobre todo en la primera
parte "El viento del suburbio", hay una potente descripción de la
sociedad del sur madrileño: desde estos bárbaros jóvenes que consumen sus vidas
con la misma avidez con la que se enfrentan a una raya de coca, hasta los
literatos compañeros de promoción en la universidad. Es una mirada fina, que no
pretende reducir sus retratos a estereotipos y que termina siendo un completo
tratado de fauna social: jóvenes formados más de lo necesario para trabajos
precarios (como Rafa, el mejor amigo del protagonista), pijos de suburbio,
jevis, góticos, etc. Hay una crítica al sistema educativo que deja varados
tanto a sus desechos como a quienes se entregan a su sistema de memorización de
contenidos. Lo de describir a la aldea para describir el universo funciona aquí
muy bien.
A la par se desgrana una
crónica familiar que se centra en la relación con el hermano mayor, cuya vida
ha quedado destrozada por la ilusión de que era él quien controlaba su relación
con las drogas: cárcel, intento de suicidio, rehabilitaciones. Lo usual, sobre
todo el miedo de volver a confiar en quien hace equilibrio sobre el filo de la
reincidencia. Es muy vívida esa casa familiar, el trabajo y la vida de los
padres, su negocio, su origen rural.
Hay algo de estructura
detectivesca en el descubrimiento del hecho violento que late bajo la culpa y
la frialdad emocional de Juan Linares. Poco a poco van quedando al descubierto
capas de recuerdos que nos enfrentan al secreto del protagonista. Lo más
significativo de su hallazgo es este sentido es enfrentarse a la mirada del
otro y descubrir que lo que es una cicatriz vital para él, para el otro fue
menos que un rasguño.
El Interludio, que está
contado con una voz diferente a la del narrador omnisciente de las otras dos
partes, aunque se supone que es la introducción de un trabajo académico, está
contado de una forma cálida y cercana, no se hace estéril ni tiene el tono
aburrido de la mayoría de verdaderos escritos académicos. Como ya dije antes,
es notoria la influencia de la figura de Dalton en la estampa de Meier, sin
embargo, David Pérez logra darle entidad propia, la hace aún más revolucionaria
al añadirle la doble rebeldía de su identidad sexual. Un poeta guerrillero y
homosexual que fue demasiado para la guerrilla que se atragantó con su historia
de amor con un compañero indígena. La biografía es detallada y tiene la
verosimilitud del detalle y la documentación histórica del contexto. Aquí es de
gran utilidad el profundo conocimiento del autor de la literatura
hispanoamericana. Lamentamos no poder ofrecer a nuestros lectores una
fotografía del guerrillero rubio, que imagino como un cruce entre el propio
Dalton, un Rimbaud americano y un Saint-Exupery rabioso rayando el cielo con su
avioneta.
Es en este Interludio en
el cual se hace más presente la influencia de Bolaño. Afortunadamente, no cae
en la imitación, que es muy penosa cuando se trata de un escritor con un estilo
tan potente, es más bien un homenaje: "En 1989 los ultrarrealistas
reeditaron Maricón y comunista,
con una tirada de 1.500 ejemplares, en 1991 otros 1.500. Lo mismo hicieron con Aviones de volcán.".
Ese aire de la selva y
el duro pasaje de la guerra y los diarios poéticos de Meier, no nos distraen de
la historia de Linares, hay una profunda conexión entre ambas historias, que se
hace presente con un personaje del familiar depositario de su legado que se
exilia en España.
En la tercera parte se
recogen los hilos de las historias abiertas, que terminan, casi todos, por
confluir. El final no es cerrado pero tenemos la sensación de que el
protagonista entra en otra fase de su vida que nos gustaría seguir atisbando,
lo cual es una señal de que el autor ha triunfado en esa misión que a veces
parece olvidarse: que el lector se crea el mundo que ha puesto en pie.
Puestos a buscar aristas
por pulir, aquí van un par de ellas:
- Esperaba que
algunos personajes secundarios que tenían peso en la narración (no adelantaré
cuáles para no destripar la historia) tuviesen más continuidad en la resolución
de la historia y, por el contrario, simplemente parecen desvanecerse en el
aire.
- En ocasiones -no
numerosas- el lenguaje, que es muy sobrio, peca de una cierta rigidez,
probablemente como consecuencia de la precisión que autor busca en cada
expresión, como decir que un personaje "presentaba una resaca" en
lugar de decir que tenía un resacón o algo un poco más sencillo.
- Hay un detalle
insignificante, un pecadillo venial de laísmo pero que resalta por que está en
un lugar muy importante de la historia. Ese "yo las entro tío" tiene
muy fácil corrección en una segunda edición pero pensándolo bien, tal vez tiene
cierto sentido que en ese contexto el personaje hable así.
Como impresión final,
diría que la narración se lee con interés y un ritmo sostenidos. La
personalidad introvertida pero observadora del protagonista es coherente con la
visión analítica de su universo y es una lectura que te deja con ganas de oír
más la voz de este autor.
La edición de Baile del
Sol es buena, se agradece la generosidad con el tamaño de la tipografía y la
calidad del papel, sólo recuerdo haber encontrado una errata en la página 82.
La portada es sobria y elegante. Aparte del éxito que han tenido ahora con
Stoner, el catálogo de esta editorial es muy interesante y arriesgado, se
atreven incluso con ese bicho raro de la poesía.
Petición final al autor:
Por favor esperamos la página en Wikipedia de Héctor Meier Peláez, me ofrezco
modestamente a reseñar alguna de sus obras.
Más información:
·
Ficha en
la web de Baile del Sol.
·
Entrada en
el blog del autor, es muy interesante, cuenta jugosos detalles del proceso
editorial.
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