Howth es un pueblo pesquero situado al norte de la bahía deDublín. Las vistas que brinda un paseo por sus acantilados han sido descritas por el escritor H. G. Wellscomo de las más bellas del mundo. Para Ricardo, el narrador de esta historia, Howth supone además el punto de fuga hacia el que con frecuencia se evade su memoria y su nostalgia.
Ricardo, doblemente licenciado en Administración y Dirección de Empresas y en CC. Económicas, poeta casi por accidente, llegó aDublín a punto de cumplir los veinticinco años con la idea de perfeccionar el inglés durante seis meses, sin saber que la ciudad y las personas que iba a conocer allí le atraparían durante más de dos años y medio. Ahora, con treinta años, contable en una empresa del Campo de las Naciones en Madrid, casado, aunque tal vez a punto de divorciarse, reflexiona sobre su vida y su pasado, sobre todo lo que dejó en Irlanda y sobre el transcurso del tiempo.
Una novela sobre la juventud y su pérdida, sobre los momentos que vivimos sin saber que configurarán las claves de nuestro futuro.
«—¡Vaya horitas…! ¿Qué haces en la oficina?…¿Es que no puedes venir antes?. Ya te dije que esta tarde teníamos lo de la cocina y al final ha tenido que venir mi padre a ayudarme, como siempre…Y tú por ahí fuera, siempre fuera, vete a saber dónde.»
Todo empieza en 2005, el día del treinta cumpleaños de Ricardo, nuestro protagonista, en el Campo de las Naciones, en Madrid, en donde trabajaba de contable en una empresa hasta altas horas de la noche. Su regalo iba a ser especial. Ricardo estaba casado con Isabel. Estaban recién casados, puede decirse, pues era su primer año de matrimonio pero algo no funcionaba, y su mujer tomó esa decisión. Se iba a vivir unos días a casa de sus padres para aclarar sus ideas y decidir si seguiría adelante con su matrimonio.
Ricardo vuelve a encontrarse solo. Esa recién estrenada soledad le hace pensar y reflexionar sobre lo que le había ocurrido en estos últimos meses con su esposa para que llegaran a esa situación, a ese alejamiento. Ricardo, entonces, nos va poniendo en antecedentes. Mediante saltos en el tiempo vamos conociendo retazos de su vida pasada. Sus amigos de Móstoles con los que salía por Alcorcón o se acercaban hasta Madrid. El viaje que hizo con ellos a Ámsterdam. Cómo conoció a Isabel. Pero también afloran recuerdos de sus años de estudiante, unos años que para él eran de transición y que los quería aprovechar lo máximo posible. No quería entrar tan pronto en un mundo de traje y corbata, como ellos le llamaban, con las ataduras que suponían: un trabajo al que acudir todos los días, una familia, una hipoteca. Esos años de estudiante los quiso prolongar con una estancia en Dublín para perfeccionar el inglés. Una estancia que en principio iba a ser de seis meses pero que se dilataron dos años más. Dublín lo había conquistado. Se había convertido en un dublinés más. Su idiosincrasia, sus pubs, sus bicicletas para moverse por la ciudad, su clima de una continua lluvia y de un cielo gris lo habían embrujado.
Ricardo recordaba esos meses que pasó en la ciudad de James Joyce, en la ciudad del río Liffey pero también recordaba, sobre todo, a una chica, a Ula, que había sido la causa de que su estancia en tierras irlandesas se demorase más de lo previsto. Ula y los acantilados de Howth. Unos acantilados que mostraban un paisaje increíble y a los que había acudido varias veces, solo o en compañía de su chica. Pero llegó un día en el que ella no respondió a sus llamadas. Sus compañeras de piso le habían comentado que se había ido a su país y no sabían si iba a volver. Ula e Isabel. ¿Era él, entonces, el culpable de lo que ambas le abandonaran?
En la empresa del Campo de las Naciones solía trabajar muchas horas. Él era contable y solía pasar desapercibido en su trabajo. La relación con sus compañeros era la justa y necesaria. Pero cuando hacía falta todos echaban una mano como ocurría en este caso. Había una auditoría y el trabajo se acumulaba. Los compañeros del equipo entonces formaban una piña, incluido Navarro, el jefe, y Gonzalo, el becario. En la oficina trabajaba Conchi, la acosada laboral, a la que ninguneaban continuamente pero ella lo soportaba con estoicidad porque sabía que querían su carta de dimisión.
Esta situación no le pasaba en Dublín, pensaba Ricardo. En Dublín, a parte de perfeccionar su inglés, buscaba trabajos por medio de las ETT. Así era cómo se ganaba la vida. Unas veces limpiando almacenes, otras haciendo sándwiches o en lo que fuera. Ese era el mundo de la inmigración. Y así conoció a inmigrantes de otros países, españoles incluidos, como Andrés, el asturiano, o Ula, su Ula. Decidió que ya era hora de ir subiendo escalafones laborales, que ya iba siendo hora de trabajar en algo más serio. Lo emplearon en IBM y más tarde, ya con traje y corbata, en una empresa en la que llevaba la contabilidad con países de habla hispana.
Todos estos recuerdos David Pérez Vega los refleja con un lenguaje cuidado, un lenguaje diría que casi poético. Un lenguaje y un ritmo en la narración que no decaen y nos mantienen entretenidos con su lectura y por haber elaborado unos personajes con los que nos familiarizaremos pronto y nos sentiremos identificados en alguno de ellos.
Acantilados de Howth es una historia cotidiana con unos personajes cotidianos. Sin duda, un relato de 184 páginas que recomiendo para su lectura.
El autor:
David Pérez Vega (Madrid, 1974) empezó a estudiar Ciencias Físicas. Cuando se le quedaron cortos los espacios de dimensiones infinitas de Hilbert, decidió cambiarse a Administración y Dirección de Empresas. Llegó a trabajar como auditor de cuentas en una conocida multinacional, pero, a pesar de la propaganda que aseguraba que la suya era la mejor empresa del mundo, pronto llegó a la conclusión de que cenar un sándwich extraído de una máquina a las doce de la noche sobre un ordenador no podía ser el éxito. Actualmente da clases de Economía y Matemáticas en bachiller y secundaria.
Tiene editados un poemario Siempre nos quedará Casablanca (Tenerife, 2011) y la novela Acantilados de Howth (Tenerife, 2010).
Tiene editados un poemario Siempre nos quedará Casablanca (Tenerife, 2011) y la novela Acantilados de Howth (Tenerife, 2010).
Título: Acantilados de Howth
Autor: David Pérez Vega
Editorial: Baile del Sol
Fotografía cubierta: Sergio Pérez
Fotografía autor: Almudena Ligero
ISBN: 9788415019176
Nº Páginas: 184
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