Ayer recibíamos la triste noticia de la muerte de Orlando Cova, poeta insular, bastante implicado en la segunda etapa de esta editorial. Desde este blog nuestro homenaje a su palabra.
De tempestades vive un hombre.
Dios ni siquiera muere de lucha.
Lancemos,
al menos,
una doctrina cierta,
una ruta de aire,
de ciudades al amanecer.
Levanta tus copas,
ser dormido, subyugado,
y brinda por los desheredados
de las sábanas sangrientas,
tal vez sangrientas de la memoria.
Si acaso lloras,
tus disparos sean perdonados.
[De sábanas sangrantes, (2009)]
Os acompaño en el sentimiento.
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