La literatura latinoamericana conquista la República Checa
por Reyna Paz Avendaño
2020-01-04 - 00:00:00
Las obras de Roberto Bolaño, Juan Rulfo y García Márquez son muy apreciadas, señala Markéta Pilátová. Con la Primavera de Praga una gran ola de checos se instaló en América Latina, explica
América Latina fue durante el siglo XX un refugio para los habitantes de República Checa que huían del fascismo y después, del comunismo; por ello, la literatura de Roberto Bolaño, Gabriel García Márquez, Juan Rulfo y recientemente de Ricardo Siri, mejor conocido como Liniers, ha llegado a dicho país europeo. Crónica presenta una entrevista con Markéta Pilátová (Kromeriz, 1973), hispanista que ha hecho posible la lectura de autores latinos en Chequia.
Pilátová, que actualmente trabaja en el Instituto Cervantes y es autora de los libros Mis ojos te llevarán a casa (Baile del Sol, 2007) y Mi libro favorito (Baile del Sol, 2010) estudió latín e historia, pero fue gracias a un profesor universitario que decidió viajar a América Latina.
“Cuando aconteció la Primavera de Praga en 1968, muchos profesores universitarios que no estaba de acuerdo con la invasión rusa no podían dar clases y mi profesor trabajó en ese periodo en Cuba, conocía muy bien América Latina y cuando acabó el comunismo nos dio clases de español, siempre nos hablaba de América Latina y me contagió el interés de conocer esos países”, recuerda.
Pilátová obtuvo una beca de estudios en Guanajuato, después viajó por toda América del Sur, obtuvo empleos de corresponsal y se desempeñó como profesora para las comunidades checas establecidas en Argentina y Brasil.
“También escribo novelas y libros para niños en las que reflejo algún tipo de experiencia nómada y otros mundos exóticos que están conectando con mi cultura porque muchos checos migraron a América Latina. Para mi país es necesaria esa conexión porque es un país chiquito, que estuvo cerrado durante 40 años, no podíamos viajar porque estaba prohibido, entonces América Latina es ahora una sede para conocer más horizontes”, señala.
— ¿Has realizado traducciones del español al checo?
— Mi primera traducción fue la novela Los creyentes, de Norma Lazo, que es una autora mexicana. Después del argentino Liniers, traduje todas sus historietas de Macanudo. He vivido tres años en Argentina y me pareció que Macanudo tiene mucho que ver con el humor checo pero nadie me lo creía hasta ahora que es todo un fenómeno en mi país.
El trabajo de Ricardo Siri, Liniers, fue reconocido el pasado 7 de diciembre con el Homenaje de Caricatura La Catrina, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
— ¿Has tenido contacto con Liniers?
— La primera vez que lo contacté fue en Buenos Aires y hablamos de cómo traducir unas cosas que parecían intraducibles, por ejemplo, tienen muchas menciones de la cultura pop de los años 50, entonces adapté eso al contexto checo y aparecen actrices de mi país, de la era del comunismo y claro, Liniers me lo permitió.
MIGRACIÓN Y RECONCILIACIÓN. Argentina y Brasil son los dos países de América Latina con mayor número de asentamientos checos, platica Markéta Pilátová.
“Nuestras migraciones, como siempre, son de dos tipos: económicas y políticas. Llegaron checos al norte de Argentina en los últimos años del siglo XIX para fundar pueblos. Después, cuando algunos judíos se exiliaron y comenzó el fascismo, hubo migraciones masivas, entonces las personas que pensaban que regresarían a Chequia porque había acabado la guerra, no pudieron volver ya que inició la dictadura comunista y perdieron todo porque los bienes se nacionalizaron”, explica la hispanista.
Con la Primavera de Praga una gran ola de checos se instaló en América Latina, agrega Pilátová, y las historias que resultaron le fascinaron.
“Como escritora estoy absorbiendo lo que las personas me cuentan y creo que en la inmigración tienes un tema muy existencialista porque dejar un país durante 40 años es muy duro, es toda una generación”, narra.
La autora señala el tema de reconciliación como uno de los que más le impactan.
“Salir de la República Checa no sólo era una cuestión de ir y no volver, sino de irse a costa de la familia, de mandar en exilio a los hijos mientras los padres, primos y tíos se quedaban porque cuando tu migrabas el régimen comunista castigaba a toda la familia, los metía a la cárcel, los mandaban a trabajar a las minas de uranio o no podían estudiar. Entonces tú hacías un futuro a costa de otros y cuando la gente pudo regresar a su país se enfrentó con la pregunta: cómo reconciliarse con quienes se quedaron y la pasaron mal”, indica.
En ese momento de dictaduras, comenta Pilátová, llegaron a Praga las traducciones de autores latinoamericanos.
“El llamado boom latinoamericano es muy conocido en mi país porque los traductores no podían traducir las obras anglosajonas, los checos se fijaron en América Latina porque la censura del comunismo no tenía problemas con esa parte del mundo. Conocemos bien las obras de Roberto Bolaño, Juan Rulfo, García Márquez”, destaca.
Sin embargo, añade, “los autores de hoy no tienen mucha repercusión porque hablan de las grandes ciudades, de la violencia, del narco y de cosas que preocupan a las sociedades latinoamericanas pero eso no tienen cómo conectar con el público de la República Checa porque ahora es un país sin violencia, sin muchas desigualdades sociales y no estamos confrontados tanto con la pobreza extrema porque tenemos un estado social”.
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