Cercanías de Jorge García Torrego
Cercanías de Jorge García Torrego, de la Editorial Baile del Sol, cuenta con una silueta de la figura del autor en la cubierta, diseñada por el propio poeta y que nos llama con las puertas abiertas para subirnos a ese tren que espera en las vías.
Jorge García Torrego es poeta, periodista y corrector editorial. Ha publicado los libros de poesía Ojo y ventana en Canalla Ediciones y el libro que tratamos hoy, Cercanías. Este mismo año ha publicado el ensayo Convivir poesía, «El fenómeno de las jams sessions y la poesía oral en el Madrid del siglo XXI», con la editorial Amargord ediciones. Algunos de sus poemas han aparecido en antologías como Caja de resistencia número 2 o en el último número de la revista de poesía, que anunciara su retirada el pasado mes de marzo, La Galla Ciencia con El octavo pasajero. Es licenciado en periodismo y tiene un Máster en Formación e investigación literaria y teatral en el contexto europeo. Trabaja como corrector y periodista e investiga las jams sessions de poesía y otros temas de literatura y filosofía. Y aunque no me lo haya dicho personalmente, ni me lo haya confirmado, es una persona comprometida con la palabra y la poesía. Lleva a cabo una iniciativa, que ya supera los seis meses de duración, en la que sube un vídeo de un poema a sus redes sociales, diariamente, con lo que no solo ayuda al fomento de la lectura, sino al conocimiento de autores, obras; a demostrar la enorme variedad poética que existe, dentro de lo que él denomina su humilde biblioteca.
Captura de vídeo: iniciativa lectura diaria. / Redes del autor.
Cercanías es un poemario que está dividido en seis partes, seis paradas; siempre precedidos por dos nomenclaturas: una, la acción (causa o consecuencia) relacionada; otra, el tipo de poemas reunidos: poemas de tiempo y sal, de calle y ladrido, de pueblo y amistad, del encuentro, de ausencia y océano o del reencuentro.
Todos ellos son cosas cercanas, cosas de aquí de este lado. El autor se presenta con una biografía algo particular, como, por ejemplo, comentando que en el colegio aprendió a juntar palabras y en la poesía a llenarlas de gente. El amor, el trabajo, la amistad, ese lugar particular en el que habita el poeta: Miraflores, Torrelaguna, Madrid, España, el planeta. Y con un lenguaje que rompe la sintaxis y juega con ella, que utiliza nuevas imágenes para el lector, nuevas metáforas, hace asociaciones menos comunes. Sin embargo, aunque estos malabarismos con las palabras, los versos y las imágenes aparezcan, nunca apartan la vista del lector, por lo que este puede seguir los giros fácilmente.
Dime que me esperas,
Que no soltaste aún el enjambre sagrado,
Que no cayeron los cables de tensión de nuestro presente
Y que los pájaros sujetan su respiración de caballos.
Dime que el amanecer no subió la montaña de tu espalda,
Que faltan horas para que salgan las hormigas a derrotar
Las cordilleras que somos,
Susúrrame el aullido suave de braille en tus explanadas
De tierra fértil,
Camina en mi cuerpo abrazo engranaje perfecto,
Posa en mi tu contenido sin armadura diaria,
Y dime que no,
Que no me necesitas y sin embargo.
Abre el libro osadamente, hablando de la muerte y sobre dice que «afila los espejos donde maquillamos nuestra calavera». El primer destino es la muerte, y el autor nos advierte «Va creciendo la muerte en grietas que no vemos y / confundimos con arrugas». ¿Dónde quedamos nosotros? «Soy los huesos de la pregunta, /el espacio blanco entre dos océanos de oscuridad y frío». Sin duda, es una imagen intensa la que nos presenta en medio de esos dos océanos.
Portada de Cercanías. / Editorial.
El mismo lugar desde donde lanzamos preguntas a Dios: «Dios es el silencio a todas nuestras preguntas». Jorge García Torrego diluye un argumento filosófico entre sus poemas, una misma línea argumental que se extiende durante todo el bloque, y a la vez, es una denuncia «En la rutina duermen los valientes que fuiste, /ninguno levanta la voz». Puesto que, con el paso del tiempo, la perspectiva de todos cambia y el autor sentencia «pero un niño verá mi calavera y pensará que es una caracola».
No me atrevo a continuar, porque este es un tren que debes coger tú. @mundiario
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