Yolanda Delgado: «Escribo a fuego lento y con el corazón en
pelotas»
► «Cuando un
escritor que empieza me dice: voy a escribir una novela para ganar tal o cual
premio, lo primero que le aconsejo es que no escriba esa novela»
► «He conocido el desamor, el paro, la desesperanza, la enfermedad y la muerte. De todo aquello logré salir»
► «He conocido el desamor, el paro, la desesperanza, la enfermedad y la muerte. De todo aquello logré salir»
Por
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El día que
conocí a Yolanda Delgado era su cumpleaños y daba una charla en la casa museo
de Pérez Galdós. Reconozco que fui porque un amigo me insistió hasta la
extenuación que no podía perdérmelo. Era un jueves, ¿cómo no?, y Las Palmas de
Gran Canaria rebosaba de actividad cultural —y toda a la misma hora, claro— y
no éramos muchos en la sala. Sin embargo, a los dos minutos de empezar a
hablar, para los que allí estábamos (y lo sé porque lo comentamos luego) solo
existía una persona en la tierra en ese momento: Yolanda Delgado Batista. Su
sentido del humor, su personalidad arrolladora, su voz y la cadencia de sus
palabras nos hipnotizaron a todos. A la mañana siguiente corrí a buscar La
isla de las palabras, su único libro hasta entonces. Luego seguí su blog y,
cuando sacó su libro de cuentos Puro Cuento me afirmé en mi convencimiento: es una
escritora única y con ese carácter que hace que sus letras sean mágicas.
⇒ ¿Qué diferencia hay entre Yolanda
Delgado, autora de La isla de las palabras desordenadas y la de Puro
cuento?
He ganado
cinco años de vida y setenta veces siete en sabiduría. Cuando me embarqué en la
novela, pasé tres años escribiendo solo por las noches. Entonces trabajaba en
televisión y el tiempo era limitado. Escribir La isla de las
palabras desordenadas implicó no ver a nadie, no hablar con
nadie, recluirme por completo y entregarme en cuerpo y alma a un proyecto que
tuvo un coste personal importante. No soy una escritora rápida, cada frase es
un mundo de posibilidades y en esa época no tenía ni la confianza ni la soltura
que he ido adquiriendo después. Cumplí con mi objetivo, sí. Acabé una novela de
la que me siento orgullosa, sí, pero tras ese libro hay otro libro de lo que
fue mi realidad mientras tanto. La novela se publicó y tuvo buenas críticas.
Recibí mensajes de algunos lectores que guardo como un tesoro. La sorpresa
desagradable fue que al editor se le olvidó cumplir el contrato. Un descuido lo
tiene cualquiera. Aun así, me quedo con la marea de personas y cosas buenas que
la novela trajo consigo. Ahora está en manos de otra editorial. De una forma u
otra volverá, como siempre vuelve uno a la isla. Continué escribiendo, por
supuesto, no sé hacer otra cosa, sabiendo que no era fácil que una editorial
distinta se interesara por un libro de relatos y además, de una autora
desconocida. Tras dos años de espera, en noviembre de 2016, se publicó Puro cuento en Baile del Sol,
una editorial canaria, con proyección nacional que precisamente acaba de
cumplir 25 años. Este libro es un regalo y llegó en el momento preciso.
Cada libro es una conquista personal, un paso hacia adelante. Los que nacimos
en el año del boom literario,
al tiempo que Cien años de
Soledad y Tres tristes
tigres, y que además, somos fruto del baby boom,
tenemos todavía mucho que decir.
«LOS PROFESIONALES INDEPENDIENTES NO
PODEMOS DETENERNOS, CUALQUIER ENCARGO ES IMPORTANTE»
⇒ Trabajas como lectora,
traductora y editora literaria para editoriales, eres periodista, lectora
bulímica y aficionada al cine, ¿cuándo diablos escribes?
Los
profesionales independientes no podemos detenernos, cualquier encargo es
importante porque pagará la luz, los libros o el dentista de tus hijos. Si el
trabajo está relacionado con lo que te gusta, el disfrute es inmenso. Leer
obras inéditas es un privilegio, siempre aprendes algo nuevo, un excelente
indicador para saber cuáles son los temas que preocupan. Guiar a otros autores
que comienzan su proyecto literario es una de las experiencias más plenas que
he tenido. Traducir es otra actividad enriquecedora y apasionante. Exige
ponerte en la piel del autor, con la responsabilidad añadida de expresar en tu
idioma la misma intensidad, el tono, los matices, la intencionalidad con la que
originalmente esos libros fueron escritos. Espero que algún día, los
traductores en este país tengan el reconocimiento que merecen. En cuanto al
periodismo, al igual que otras profesiones relacionadas con la cultura, está
como está. Cuando llegan las pausas de trabajo, ojalá fueran menos,
escribes y escribes como si se te acabara el aire. Siempre he dicho que la
literatura me ha salvado de muchas circunstancias. Esta maldita y dulce
vocación ha sido siempre territorio de fronterizos, de personas inadaptadas. No
es un vestido que te puedas quitar o poner cuando quieres. Te levantas y tu
cabeza ha estado trabajando en la historia que tienes entre manos durante el
sueño. Mientras hablas con el pescadero registras ese gesto, ese matiz en la
voz, esa palabra que utilizarás en un quizás próximo diálogo; cocinas y
escribes, lees y escribes… No hay tregua. Y cuando llega la noche, las
emociones, los conflictos y las sorpresas del día tratas de volcarlas en la
escritura física. Nunca quedo satisfecha, pero si ese día escribo esa media
página que se acerca a lo que quería expresar… Ese instante, para quien lo haya
experimentado, sabe que es mágico.
⇒
Puro cuento se publicó en noviembre de 2016. Un libro de relatos que
muchos consideramos una de los mejores libro del pasado año. ¿Por qué tanto
tiempo?
Más o menos
lo he respondido al principio. En estos cinco años he bajado al subsuelo y he
tomado mis apuntes. He conocido el desamor, el paro, la desesperanza, la
enfermedad y la muerte. De todo aquello logré salir y ahora conozco lo que es
el estoicismo en carne propia. Sé quién soy, dónde estoy y qué es para mí lo
importante. He aprendido a perdonarme y a olvidar. Ahora sé lo que es amar y a
quién amo, a pesar de mis carencias. No está mal para un cursillo acelerado.
Este enriquecimiento personal se va destilando en la manera de contar. Escribo
a fuego lento y con el corazón en pelotas. Cada uno tiene su estilo. Puro cuento son 32 novelas concentradas, muy
diferentes unas de otras, donde los personajes se cuentan entre ellos de qué va
este juego de vivir. El libro habla de gente corriente, pero también tiene
personajes conocidos como Stalin y Tarzán, Hemingway y Dos Passos,
que protagonizan situaciones inverosímiles y fantásticas. Entre bromas y veras,
he intentado acercarme a las dificultades que tenemos las personas que nos
movemos en un mundo convulso, a veces esquinado, y las complicaciones que
surgen a la hora de intentar comunicarnos con el otro, de romper el cristal de
esa soledad que rodea nuestra individualidad. El libro ha tenido bastantes
reseñas para tratarse de un libro de relatos. Como digo, Puro cuento solo me trae cosas buenas. La
forma de contar esa historia, el lenguaje, el tono, la perspectiva y siempre el
humor es lo que representa para mí un reto.
«EL HUMOR ES UN EJERCICIO HIGIÉNICO
FUNDAMENTAL PARA CONSERVAR LA SALUD. HASTA EN LAS SITUACIONES MÁS DRAMÁTICAS
SURGE EL MOMENTO PURIFICADOR DE LA RISA»
⇒ Hablemos del humor…
Un ejercicio
higiénico fundamental para conservar la salud. Hasta en las situaciones más
dramáticas surge el momento purificador de la risa. Tiene la virtud de poner,
en cuestión de segundos, todo del revés. En mis historias, siempre que puedo,
intento provocar si no la risa, la sonrisa. Imagino que al otro lado, el lector
es mi cómplice al que le digo: Mira, lo sé, esto es una pena, pero venga,
emborrachémonos de risa para digerir este mal trago. La risa nos reconcilia con
el mundo.
⇒ Entendiendo que son estilos
diferentes, ¿qué es más difícil escribir para ti, novela o cuento?
El cuento es
como mirar una fotografía de unas personas desconocidas en un momento de íntima
violencia y que de pronto cobran vida, y hablan, y hacen cosas, pero sobre todo
callan. Los silencios, lo que el hijo no ve en el padre porque es incapaz o no
ha tenido el tiempo suficiente para aprender a ponerse en su piel, lo que el
padre piensa de su hijo, su poder de castración, sus prejuicios, la experiencia
de los años, el recuerdo de su juventud… Ese envoltorio oscuro que contamina la
comunicación, esas reacciones repetidas y manoseadas de quienes se aman o se
odian, las tienes que concentrar en un plano secuencia. ¿Qué es lo que ha
sucedido entre ese hombre y esa mujer para que no se hayan cruzado palabra ese
domingo? ¿Cómo empezó todo? ¿Qué relación les une? ¿Hacia dónde van juntos o
por separado? ¿Está todo dicho entre ellos o apenas han comenzado a hablar? Y
haces el esfuerzo de contagiar esa emoción en una frase, en una página, en
varias. Apenas hay trama y el final, si existe, lo inventa cada cual según su
propia experiencia, lo que ha vivido, lo que ha observado en otros como él. Ese
seísmo que destroza ilusiones, amores, que derivan en fracasos y mezquindades
cotidianas, que va al epicentro del dolor, ese temblor, si es capaz de provocar
una emoción, será un cuento bien contado. Cuando acabas, los personajes te
dicen: ¡Adiós y buena suerte!
⇒ ¿Nunca has escrito poesía o,
simplemente, no has considerado el momento de publicarla?
Escribo
poemas, pero son malos. La poesía, como la música, contagia el pulso íntimo de
lo que quiero expresar. Mi prosa tiene una raíz poética.
«VIAJAR REDIMENSIONA LAS PROPORCIONES
DE TU REALIDAD, SIEMPRE PEQUEÑA»
⇒ Naciste en Gran Canaria aunque vives
fuera y no paras de viajar. Los isleños tenemos una doble frontera que
traspasar: una física y otra psicológica. Desde tu experiencia, ¿viajar es
importante para crear?
El viaje en
mi vida, por razones profesionales de mi padre, comenzó como una especie de
exilio involuntario. Cambiamos unas cuantas veces de lugar y en cada uno había
que empezar la vida desde el principio. Un colegio nuevo, unos compañeros
distintos, unas costumbres e incluso un idioma diferente que había que
aprender. Cuando salí de Gran Canaria tenía diez años, fue la primera vez que
se me rompió el alma. Fue entonces cuando comencé a escribir un diario, allí
volqué toda mi rabia de niña a la que habían arrancado de raíz de un mundo
dichoso. Ahora, con perspectiva, lo que entonces me pareció horrible lo siento
como un regalo. Viajar redimensiona las proporciones de tu realidad, siempre
pequeña. En un sitio nuevo eres el forastero que acabará marchándose y esto te
brinda oportunidades increíbles, como encontrarte con personas que te confíen
secretos que sabes no confesarán nunca a los suyos. Cuando viajo, más que ir a
un museo, lo que de verdad me importa es vivir la cultura que respira, la
calle, el mercado, el rastrillo, el puerto pesquero, la romería, las
tradiciones, todo ese rumor escuchado en ruso, francés, árabe o gaélico, te
cuenta que eres de una patria que no tiene fronteras ni banderas desteñidas.
⇒ ¿Cuál es el mayor miedo que tiene
Yolanda Delgado?
Quien ha
soltado lastre, de lo primero que se libra es del miedo. Este paraliza, es
estéril y dañino. Pero si hay algo que no he podido superar es el sufrimiento y
la muerte de las personas que amo.
⇒ ¿Cuál es tu próximo proyecto?
Acabo de
entregar un nuevo libro de relatos a la editorial. Durante unos meses me armaré
de impaciencia. Mientras tanto, estoy documentándome sobre Félix Fénéon, un agitador cultural francés,
editor, periodista, crítico, anarquista y dandi, que promocionó trabajos de
escritores y pintores de fin de siglo, durante la famosa Belle Époque,
que de bella no tuvo nada. Había tanto desempleo, tanta inestabilidad política
y tanta pobreza como ahora. Un hombre muy interesante que hizo cuanto estuvo en
su mano para ser olvidado. Eso he dicho, ¡quería ser olvidado!, incluso dejó de
firmar sus obras. He estado recabando información que ha dado origen a un
artículo sobre el primer fotógrafo ruso que recorrió el imperio tomando
fotografías por vez primera en color con una máquina inventada por
él mismo, autor además de los primeros retratos de León Tólstoi.
Proyectos siempre hay.
«LEÍ HACE POCO UNA FRASE QUE ES UN
PUÑETAZO DE VERDAD: LOS ESCRITORES X PREMIAN A LOS ESCRITORES Y QUE PREMIAN A
LOS ESCRITORES X»
⇒ ¿Qué importancia das a los premios
literarios?
Cuando un
escritor que empieza me dice: voy a escribir una novela para ganar tal o cual
premio, lo primero que le aconsejo es que no escriba esa novela sino la que de
verdad le arde en las entrañas. Esa es la que debe presentar a todos los
premios que le dé la gana, sabiendo que por delante tiene a 50 escritores
conocidos, la mayoría con agente, con las mismas ambiciones. Leí hace poco una
frase que es un puñetazo de verdad: los escritores X premian a los escritores Y
que premian a los escritores X. Hay ciertas empresas que sirven en bandeja el
premio de su sello editorial a ciertos personajes encantados de representar la
comedieta. No estoy descubriendo nada nuevo, pero es bueno tenerlo en cuenta.
Cuando estaba en televisión, algunas productoras ofrecían un pase privado de su
nueva película a ciertos críticos de primera fila. Tras la proyección se les
invitaba a almorzar en un buen restaurante. En todos los lares cuecen habas o
judiones y todos somos honestos hasta que llega el momento de
demostrarlo. El mejor premio literario para un escritor son los lectores
que se emocionan con tus libros; lo demás, nubes pasajeras.
⇒ ¿Qué no quisieras morirte sin haber escrito,
leído o vivido?
Mi futuro es
ahora, este momento en el que tú y yo estamos conversando, y en el que juntos
hemos construido un puente amplio y soleado al que, ojalá, otros se acerquen y
lo disfruten tanto como lo he disfrutado yo en tu compañía. Ojalá y gracias son las palabras favoritas de mi
diccionario personal. Ahora te digo: gracias, J. Ibrahim; y gracias, DRAGARIA.
Yolanda Delgado Batista (Las Palmas de Gran Canaria, 1927) es
escritora, guionista de televisión, periodista y editora. Estudió Publicidad y
Relaciones Públicas en la Universidad Complutense de Madrid. Trabajó en Canal+
y en Canal4 como documentalista y guionista de programas. Ha trabajado para la
Editorial Alfaguara como lectora, traductora y editora literaria. Actualmente
trabaja como periodista y editora del periódico Russia beyond
the Headlines. Ha publicado La isla de las palabras desordenadas (Inaza editores, 2011) y Puro cuento (Baile del Sol, 2016). (Blog).
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