El canto de la raposa, una novela de Rafael Alonso Solís
El símil es fácil pero viene como al anillo al dedo: El canto de la raposa es una novela construida con varias capas, también un ejercicio de estilo y un juego, a veces insolente y otras con ganas de buscar pela, con géneros diversos. Tiene mucho de misterio esta novela donde nada es lo que parece y que se construye sin explicar demasiado las cosas, ni el paisaje ni los escenarios en los que se mueven sus protagonistas.
Resulta complejo comentar una novela en la que cualquier clave puede revelar un final que, probablemente, sorprenda a muchos, pero afortunadamente lo que importa en este relato no es el final sino la forma en cómo está narrada. El empleo de una primera y una tercera persona que operan como piezas de un rompecabezas que ahonda, con mucha ambigüedad, en la cabeza de su personaje.
Historia de iniciación, de una iniciación perversa, la novela podría considerarse como un relato iniciático en el que se describe la formación de un asesino. Cuenta además con un comienzo que anima a continuar con la lectura ya que se intuye que la historia irá a más.
“Nací cuando el siglo veinte dibujaba sus últimas décadas, a finales del verano, en esa época en que el sol sofoca las conciencias y aviva el resto de los fuegos, el mismo día, casi a la misma hora y el mismo mes, en que mi padre, un año más tarde y por tenebrosa coincidencia, se diera un tajo en la garganta llenando la habitación de sangre y baba pegajosa”.
El canto de la raposa es un cuento, un cuento terrible pero cuento, ya se sabe. Violenta, escandalosa a ratos, la novela sacude al lector página tras página en un crescendo que si bien no se encuentra en estado de gracia a veces si que lo alcanza.
Más que tener, evoca este libro otros libros que se han tomado el asesinato como una de las bellas artes. Al margen de Thomas de Quincey, hay ecos livianos de El perfume, y más extremo de El asesino de la carretera, probablemente la novela más extraña del insólito y salvaje James Ellroy, pero son solo referencias que asaltan nuestro ánimo lector. Se intuye que el escritor juega con él, y que al final, solo al final, descubrirá la sorpresa. Esa sorpresa a lo vaya no me lo imaginaba así.
La novela desnuda lo que piensa su protagonista, un tipo que no cae demasiado bien y en el que todo es diferente aunque es, precisamente, esa diferencia la que lo hace tan humano, pese a que su trabajo consista en dejar un reguero de cadáveres tras sus pasos por un ordeno y mando de una sociedad secreta, esta sí es secreta y no discreta, que responde al nombre de La Cofradía.
Lástima que sé dé tan poca información sobre la misma, pero se admite porque lo que le interesa al escritor es continuar el itinerario de su protagonista y no contar demasiado lo que sucede a su alrededor.
El canto de la raposa es una novela que apuesta por la ambigüedad, deja que sea el lector quién recree lo que apenas se dice y no se dice… Un pequeño grado de dificultad que más que ralentizar, encaja muy bien en una obra sembrada de pistas falsas que desemboca en una resolución inesperada.
Es posible, y es una sospecha ligera, que algunos de los elementos que disemina en esta historia de inmersión en el mundo de los adultos sean explotados por Rafael Alonso Solís en próximas novelas. Y merecerá la pena leerlas no ya para conocer algo más de esa extraña organización criminal sino por los personajes que protagonizarán esos libros que no sé si tiene en la cabeza.
El canto de la raposa solo es el principio de una carrera que se augura preocupada por el retrato psicológico de los personajes. Que lo que son por dentro mueven la acción que hace avanzar a todas las historias.
Saludos, lunes, desde este lado del ordenador.
ResponderEliminarHola!! Una gran reseña, tendré en cuenta este libro. Es la primera vez que me paso por aquí, así que ya me tienes como seguidora. Te invito a mi blog por si quisieras pasarte, sin compromisos: elaventurerodepapel.blogspot.com.es Besos!!