Baile del Sol.- ¿Cómo podemos, si es que se puede, estar
Preparados para la nieve?
Safrika.- En realidad creo que no se puede. Uno cree que sí
pero es imposible. En realidad, el título del poemario es más una advertencia.
Tal vez debería ser una pregunta. Y bueno, tal vez sí que se puede. Estar
preparado, digo. Pero cuesta mucho y cuando uno no ha sabido nunca estar
preparado para nada, la nieve, la verdadera, la que es frío y tristeza, engulle
y engulle. Da igual, uno nunca está preparado para eso. Se aprende en la misma
avalancha.
BdS.- Este es un poemario lleno de escenas en las que no parece que se utilicen filtros que suavicen la realidad, ¿cómo definirías tu mirada poética?
S.- La definiría como un estado mental, muy concreto. Claro,
no hay filtros, no hay necesidad de ellos. La escritura es una forma de
expiación, de salida... si eso me hace exponerme no me importa.
BdS.- ¿La realidad es prosaica o lo cotidiano esconde más
poesía de la que se puede apreciar a simple vista?
S.- La realidad es prosaica como un cubo de agua fría. La
poesía creo que se esconde en el que mira. La realidad es adulta y gris, y
tiene sorpresas horribles. Con algunos destellos. Realidad creo que es una fea
palabra. Un poema puede hablarte de algo horrible y ser excelente. Un buen poeta haciendo de la realidad sucia y
fea un poema bello que te desarme, que de alguna manera filme esa realidad. En
realidad creo que la mejor poesía sale de ahí.
BdS.- ¿Cómo crees que ha evolucionado tu poesía a lo largo
de tu obra?
S.- Una evolución natural, con la propia madurez. A veces
creo que sí que se ha hecho todo más pausado, pienso más las cosas, antes era
más visceral, no me planteaba formas ni estilos ni nada, ahora tampoco en
realidad, también es cierto que ahora no escribo tanto como antes…
BdS.- ¿Cuánto hay de mirada hacia el interior y cuánto hacia
el exterior en Preparados para la nieve?
S.- Todo es interior.
Es el filtro que define una poética.
BdS.- En el libro hay soledad, hay melancolía, miedo y, tal
vez, incomprensión del entorno, sin embargo parece un libro escrito desde una
cierta calma, ¿eso se consigue con la distancia o es una implicación serena en
las emociones?
S.- Con la distancia, en mi caso no hay serenidad ninguna ni
la hubo ni creo la habrá jamás. Desgraciadamente, habré de hacer terapias de
algo y recuperar la fe. Gracias.
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