sábado, 11 de octubre de 2014

La invisible inmigración caboverdiana en Lisboa


El escritor caboverdiano Joaquim Arena. Fuente: A Semana
El escritor caboverdiano Joaquim Arena. Fuente: A Semana
Joaquim Arena es el autor de La verdad sobre Chindo Luz. El estilo del novelista caboverdiano que ha pasado la mayor parte de su vida en Portugal puede resultarnos poco atractivo, pero tiene un mérito indudable. Arena ha sido, posiblemente, el primer escritor del archipiélago africano que ha visibilizado la situación de los caboverdianos inmigrados a la metrópoli. La verdad sobre Chindo Luz esconde varias tramas, entre ellas un argumento misterioso y otro analítico, pero la mayor aportación de Arena es dibujar con maestría la vida en los barrios populares de Lisboa que en la década de los setenta albergaban considerables cantidades de recién llegados de las aún colonias portuguesas.
Portada de la edición de Baile del Sol
Portada de la edición de Baile del Sol
La literatura de los países africanos de la esfera lusófona es, seguramente, la menos conocida del continente, no sólo en España (donde el conocimiento de la literatura africana, en general, es escaso) sino en todo el mundo. Los académicos consideran que la lengua portuguesa tiene muchos menos prestigio internacional que el francés o el inglés y eso ha hecho que las traducciones de estos autores sean escasas. Estos dos factores explican por qué hay menos autores africanos lusófonos con proyección mundial que de otras antiguas esferas coloniales. De la misma manera, el espíritu de la administración colonial no favorecía la proyección de los escritores. Arena es, así, un desconocido en el que se fijó la editorial Baile del Sol, dentro de la colección Macraronesia. La editorial canaria no lo enmarcó en su colección África, sino en la compilación en la que pretendían dar visibilidad a la literatura de las islas.
El argumento de La verdad sobre Chindo Luz relata la historia de Baldo Luz, el hermano del Gumercindo “Chindo” que aparece en el título. Baldo se ha desvivido por encontrar a su hermano que ha desaparecido como si se lo tragase la tierra, después de alcanzar una popularidad televisiva poco habitual para el hijo de una familia inmigrada. Con esta excusa, Arena repasa la vida de los africanos que en los setenta abandonaban las colonias portuguesas, para instalarse en la metrópoli. El autor hace una incursión también en los últimos tiempos de la administración colonial a partir de variopintos personajes. Y, de la misma, manera da una idea de la propia sociedad portuguesa en los años inmediatamente posteriores a la dictadura.
El principio y el final del primer párrafo de la novela son ya bastante representativos: “La primera vez que vi a Gumercindo da Luz él era todavía un chavalín delgado que jugaba a la bola en la calle. La familia acababa de mudarse al barrio. Nunca imaginé que veinte años después acabaría convirtiéndose en la figura pública que fue, ni que yo estaría aquí sentado intentando escribir un libro sobre él. Tampoco pasó por la cabeza de nadie que Joel Tocadiscos, el hijo canijo del sindicalista Moreira, fuera un día elegido diputado de la Asamblea de la República. Y que junto a Chindo, Pinela, Luego-luego y Zé Bidón estaría metido en la historia que originó este relato. (…) Llegaron en 1977 ó 1978 y se fueron a vivir a una casa antigua al fondo de la calle. Todos los conocían. Eran los únicos negros del barrio en unos tiempos en que todavía había pocos negros en esta zona de Lisboa”.
A partir de este momento, el narrador explica cómo vivía la familia da Luz en su barrio, las penurias que pasaban y los obstáculos a los que se enfrentaban, lo que convierte a La verdad sobre Chindo Luz en una novela sobre la inmigración caboverdiana. Y, también, sobre una de las caras del final del colonialismo portugués.

Portada de la edición original en portugués.
Portada de la edición original en portugués.
Joaquim Arena puede escribir sobre esta realidad con la proximidad que da la experiencia. Nacido en Cabo Verde, este escritor se trasladó junto a su familia a Portugal poco antes del tiempo en el que se desarrolla la novela. Lo hizo a finales de los años sesenta, cuando tenía cinco años. A partir de ahí pasó la mayor parte de su vida en Portugal, pero decidió regresar a Cabo Verde, a finales de los años noventa, pasados los 30 años, un poco como un viaje de regreso a sus raíces. Arena que se había licenciado en Derecho y había trabajado para revistas africanistas, no da el salto a la literatura, precisamente, hasta que no regresa a su tierra natal. En el año 2000 publicó una novela corta, Um farol no deserto, y en 2006 fue el turno de A verdade de Chindo Luz, que tradujo Baile del Sol para publicar en 2008. Para ese momento, el escritor había realizado un periplo en busca de su identidad cultural, un proceso que de alguna manera se produce también en la novela.
Algunos lectores se han quejado de la dificultad de seguir el hilo de la narración de Arena, la mayor parte elogian la idea del argumento que les ha resultado atractiva pero consideran poco acertada la ejecución. Es cierto, que en algún momento el relato se hace complicado, básicamente porque está construido a base de los jirones de la vida de Chindo que su hermano Baldo va recuperando en su búsqueda. Por otro lado, el estilo de Arena recuerda en algo al de otros escritores caboverdianos como Germano Almeida, un estilo que tiende hacia lo abrupto, en el que a veces parece que se han omitido piezas.
En todo caso, el mérito de Arenas es incuestionable y su capacidad para dibujar un momento y un lugar, un ambiente y una realidad poco conocida hace que La verdad sobre Chindo Luz resulte, cuando menos, una lectura interesante.

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