«No me surgen historias almibaradas o con final feliz»
Victoria Pelayo Rapado recoge en su nuevo libro relatos cortos en donde escarba en el desasosiego de personajes comunes
CRISTINA NÚÑEZ CáceresViernes, 28 mayo 2021, 07:16
Un premio destacado a nivel nacional por su primera novela, 'Una amistad corriente' en 1986 y dos décadas sin escribir. «Pero sin escribir nada, ni una línea», enfatiza Victoria Pelayo Rapado, nacida en Zamora pero que lleva media vida en Cáceres. «Tenía una hija y un trabajo, era complicado, porque escribir requiere muchísima concentración», explica la autora, que retomó sus colaboraciones con revistas y antologías y fue finalista del I premio de novela Castelldefels con 'Contratiempo' en 2013. En 2018 publicó 'Malos días', con De la Luna Libros. Acaba de ver la luz 'Lo justo' un libro con nueve relatos cortos que edita Baile del Sol. Los secretos y la oscuridad que guardan las personas, cualquier vida, late en los nueve relatos trazados por la autora, columnista en sábados alternos de este diario. Un desasosiego que engancha, que incita a leer.
–¿Busca ese tono?–No es que yo lo busque, no es que yo diga que quiero escribir una historia desasosegante, es que no me surgen otro tipo de historias más almibaradas o con un final más feliz. La primera historia del libro, ‘Una educación religiosa’, la tenía dentro desde los 14 años. Lo que sucedió no tuvo trascendencia, pero a mí como niña me marcó y es algo en lo que he pensado muchas veces. Este verano decidí escribirla, la vomité de mis entrañas.
–¿Por qué el libro se llama ‘Lo justo’? ¿Cómo eligió el título?
–A los lectores les intriga mucho por qué se pone un título u oro. A veces es una cosa anecdótica. En este caso, cuando llevaba varios cuentos escritos pensé que estos personajes no buscan una venganza, pero que alcanzan una especie de venganza, porque lo justo es un concepto un poco abstracto. Lo que es justo para alguien es injusto para otra persona, dependiendo de cómo se mire. Lo elegí por esa dualidad. Varios personajes en distintos relatos llegan a decir esas palabras.
–¿Prefiere los relatos? ¿Se ve más cómoda en lo corto?
– Cuando me pongo a escribir no sé si voy a hacer cinco folios, 20 o 100, pero me doy cuenta de que al relato soy capaz de darle la intensidad que yo quiero darle. Con la novela me disperso más. Yo empecé escribiendo novela. Ahora escribo relatos o cuentos, durante el confinamiento he escrito un par de novelas cortas, pero aún no sé lo que hacer con ellas.
–¿Por qué decide retomar la escritura después de ese largo periodo en blanco?
–Mi hija creció, dejé de trabajar y pensé: ¿qué hago? Me resistí un tiempo hasta que di el paso y me lo tomé más en serio.
–La editorial ‘Baile del Sol’ tiene una interesante trayectoria.
–Publicar con ‘Baile del Sol’ ha sido un sueño que me ha costado mucha espera porque ha pasado más de un año desde que la editorial se interesa por mis cuentos hasta que se ha publicado el libro, la pandemia lo ha retrasado todo, pero ha merecido la pena.
–¿Escribe de forma muy organizada o es más de fogonazo?
–Cuando tengo algo entre manos me vuelvo obsesiva, pero tengo etapas negras en que no surge nada. Hay veces que la inspiración ha surgido en el supermercado, parece poco literario, pero una vez me encontré allí con una conocida porque se terminaba de enterar de una historia trágica. Salí de Mercadona con el cuento en la cabeza. La inspiración a veces surge como una luz, como una especie de destello.
–¿Cómo afronta las columnas en este diario?
–Estoy encantada con la columna, es un entrenamiento fabuloso, es muy diferente sentarse a escribir un cuento que la columna, 520 palabras. Intento estar siempre pendiente de la actualidad y variar.
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