viernes, 18 de mayo de 2012
La Niebla cumple con Gsús Bonilla/Menú del día... a día
Gsús Bonilla busca la esencia. Otros también lo hacen. Y yo.
Los otros no sé si son poetas. Bonilla sí. Yo no. Y creo que, como se apunta en el prólogo de este Menú del día... a día, es cuestión de fuego, de fogones, o, en este caso, para extraer esa esencia, de un horno que los alquimistas llamaron atanor y que él porta en su mirada, y de un alambique de calles por donde se va destilando la palabra hasta alcanzar la maestría y la pureza, como síntesis perfecta de la razón y de esa intuición que, como dice el maestro Lizano en La salvación de la mente, es la unión del alma y de la mente.
Y yo pienso que esa búsqueda es lo grande de la poesía de Bonilla, pues otros indagamos en pos de esa esencia avivando fuegos internos, en posadas de ruedas de carro o de molino estrelladas en cientos de folios di-vagando como jabalíes hociqueando el monte. Buscando la esencia, sí, sin saber qué es si existe, por ello creo que es necesaria la intuición, porque la razón no la ha diseccionado en un laboratorio, con lo cual y según ellos: no existe... o no existe todavía y puedes perder una vida en disquisiciones que sin subvenciones a la investigación y no sólo a la de los transgénicos y a la carne clonada de clembuterol que precisamente matan la esencia si esta existiese... que existe.
DE LEVANTARSE ESTÁN LLENAS LAS CAÍDAS para Batania
en la vida, paciente,
como arroyos y caminos.
tropiezo, me levanto,
vuelvo a tropezar y me vuelvo a levantar.
sólo gente,
saturadas de aguas y piedras,
y yo en pie,
cada mañana... esquivo
zancadillas.
Estos versos destilados que aquí os presento son como ese buen orujo que consigue atrapar el espíritu de las hierbas en él maceradas. Llámalo reflejo, imagen, ideas que bullen mientras se retuercen en el alambique de la cotidianidad, y de las que el poeta, siempre atento como gran observador que es, intenta capturar en una libreta que porta consigo mientras mientras vive y embebe esa calle que nutre, le nutre.
POETA CUCARACHA (mi poema más lírico)
mientras pueda mudar
la piel
me comeré mi propia muda.
en mis poemas
el canibalismo
es una práctica común.
Todo esto va acompañado de dos acojonantes prólogos. En el primero, José Naveiras nos habla con tanto cariño de los menús del día que consigue que nos entre el hambre... que se lo pregunten al trozo de requesón y el chusco de pan duro que me metí a las seis de la mañana leyéndole... una novela gastronómica suya haría estragos en las despensas, joder qué sentimiento le da a la palabra culinaria. En el segundo, Andrés Ramón Pérez Blanco, una vez sentados a la mesa, nos desgrana con su maestría culinaria ese otro lado que pocas veces vemos, allí donde están los fogones y se cuecen los platos que hemos de degustar... aleccionador prólogo éste también, avivando el fuego... perfectos preludios para la fiesta gastronómica que sí puede darse en un menú del día, en este poemario queda así demostrado, comenzando con ese poema que os he puesto un poco más arriba, en donde el poeta muda pieles pero no su palabra, de eso va el menú.
Y el poeta, Gsús Bonilla, sigue buscando la razón de ser de la sencillez y para ello, a veces, es necesario regresar al origen de cuando en cuando para darse cuenta y asimilar el trecho caminado, y retomar si faltase alguna inquietud, una fuerza primigenia, aliento vital, re-hacerse, conjuntarse con lo que fue y lo que es, admirar el camino que le ha llevado a ser finalista del premio nacional de Poesía y seguir pateándolo con su estilo y sencillez.
Sabemos que de la palabra no se vive aunque considero que recorrer el camino y algún día morir con ella es la mejor muerte. Ese es el camino del poeta, de Gsús Bonilla, que da un recital junto con otros grandes y admirados poetas, este viernes día 11 allí donde todo empezó, en el Bukowski club esa espiral alambicada que diverge en varios tipos de elixires, cada poeta con su esencia, pero con la madre del fuego de la tierra azuzando su base y nuestro paladar.
Y bueno, pues a lo que voy... que tengo un ejemplar firmado, dibujado y dedicado por Gsús Bonilla para sortear entre los lectores, si alguno queda, de este Blues entre la Niebla que quieran y sepan responderme a una sencilla pregunta:
¿Qué lleva tatuado en el antebrazo izquierdo Gsús Bonilla?
Sé que no es la pregunta que en su día le pedí al autor, sé que llevo un retraso del copón, pero bueno, por no rebuscar y entendiendo que Gsús Bonilla sabrá disculparme ésta y otras cosillas, ahí queda.
Una maravilla, tú... que deberías comprar si puedes... si no lo puedes hacer, envíame un correo axenvinalia@yahoo.es o deja un comentario en esta entrada -que sólo yo leeré- con la respuesta y una dirección de correo en donde me pueda poner en contacto contigo... y el encabezado: Sorteo Menú o similar.
Recuerdo que pese a... y pesa mucho... que me jode, vamos... que no puedo enviar libros fuera de esta piel de toro castrado madeinchina y con la marca merkel a fuego en donde vivo y sufro la dictadura neomierda de un bipartidismo de mangantes... por ser suave
...
ya sabes
...
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