lunes, 30 de enero de 2012

"LOCA NOVELIFE" DE ELVIRA REBOLLO


Reseña: Pilar Alberdi

¿Cuántas páginas necesita un lector para saber que está ante una historia que no le defraudará? Cuando llegué a la página 9 de esta novela, Loca Novelife, quedé atrapada por la promesa de lo que llegaría después. Una joven estudiante ha sido aceptada para hacer un Máster de escritura creativa en una universidad norteamericana. Cuando acude a la entrevista se encuentra con un profesor que tiene sobre su escritorio, el trabajo que ella envió para su posible admisión en el curso. Y en el aparecen bastantes tachones en color rojo... El profesor le pregunta por qué ha dejado temas con un final demasiado abierto, y le dice: «Querida, déjeme explicarle algo: el lector no quiere libertad, no la quiere. Quiere leer una historia completa».
¡Qué verdad tan grande! Y por si fuera poco, le dice que ha sido aceptada en el programa de Postgrado «porque sabemos que entre tanta mierda que defeca hay esplendor. Pero, por favor, querida, deje de escribir como si quisiera complacer a los demás».
A través de la historia conocemos las diferentes ciudades del mundo por los que ha pasado una joven profesora universitaria española. Viviremos con ella en pequeñas habitaciones o en casas mejores; también sabremos de sus amores, de sus recuerdos de infancia, y de sus problemas tanto de pareja como de familia.
El texto presenta una gran cantidad de onomatopeyas, propias del hablar de la juventud, y en este sentido es fiel a cómo son los jóvenes de hoy en día, ya que nos permite conocer de forma general sus aspiraciones y los problemas conque se encuentran a diario, tanto para ser ellos mismos como para labrarse un porvenir.
Hay momentos de gran ternura, y otros en que la rabia, la que tiene que ver con las relaciones con los demás, la enfermedad o la muerte, clama por salir de las páginas.
Me gusta cuando recuerda a las personas que amó, a aquellas que la correspondieron y a las que no, quizá son los momentos más poéticos del libro. Dice de un muchacho que conoció en Singapur, y que fue alumno suyo de español:
«Encerré sus palabras con sabor a urdu en una cajita de cristal para no olvidarlas nunca, aspiré sus respiración para tragar el mismo aire y le pedí que me repitiese por última vez 'azul celeste'».
Un libro joven, para lectores jóvenes, sí pero que gustará por igual a cualquier lector.
La editorial: Baile del sol. Una editorial de las Islas Canarias. Publica autores españoles y lo hace muy bien. Le invito a conocer su catálogo en el siguiente enlace:

Sinopsis:
Eugenia Ramírez, bilbaína de 30 años, es profesora universitaria en un pequeño pueblo de las montañas de West Virginia. Sus deseos de convertirse en escritora la llevan a Nueva York para cursar un Máster en Creación Literaaria. Allí conocerá a Ricardo Reinosa, un reputado profesor, quien le aconsejará cómo convertir su vida en toda una novela.
Loca Novelife, a pesar de tener una estructura fraccionada en relatos, forma un mosaico narrativo de argumento lineal.

La autora:
Elvira Rebollo es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad del País Vasco y debiso a su profesión ha vivido en diferentes países de Europa, Así y América. Es autora desde 2008 del blog literario Loca Novelife que da título a esta su primera novela. Actualmente vive en Madrid impartiendo clases en la Universidad Carlos III.

http://pilaralberdi.blogspot.com/2012/01/loca-novelife-de-elvira-rebollo.html

Poesía en Valencia; por Idoia Arbillaga


28 Enero 12 - - Idoia Arbillaga
La Asociación Poética Caudal, con la Librería Primado, y bajo la edición de Luis Morata y Víktor Gómez, acaba de publicar en Ediciones Baile del Sol, la compilación Por donde pasa la poesía. Esta notable edición reúne poemas de 71 autores; reproduce la importante «Carta abierta en defensa de la pluralidad y convivencia de las poéticas», que aquí reseñamos, hoy firmada por 400 escritores y poetas. En Primado han realizado lecturas, o presentaciones de sus obras, autores como J. L. Sampedro, Susana Fortes, Belén Gopegui, Chantall Maillard, Juan C. Mestre, Méndez Rubio, Ó.Solsona, M. Á. Curiel, Luis Luna, Julieta Valero, Cecilia Quílez, R. Saravia, etc. La compilación incluye textos de estos autores,  poemas; pero también se han incluido otras colaboraciones, como el encantador texto en prosa de Sampedro, y otras reflexiones acerca del ambiente de la pequeña librería. La edición incluye además un CD con poemas musicalizados por el cantautor chileno Lucho Roa. Resulta interesante que al margen de otros trabajos absolutamente dominados por el mero afán económico de grupos editoriales y libreros más comerciales, surjan otros proyectos movidos por el puro amor a la poesía y a las letras hispanas, por el simple deseo de acercar la mejor poesía a la sociedad. Esta compilación aúna poesía en diferentes registros, acoge posturas intelectuales diferentes, poéticas diversas y representativos contrastes estéticos. Una muestra colectiva de la mejor poesía contemporánea, una obra a pie de calle, vigente, heterogénea, fresca, y que dignifica nuestras letras. Bien por el Grupo Valenciano, bien por la Asociación Poética Caudal y bien por la Librería Primado.

martes, 17 de enero de 2012

lunes, 16 de enero de 2012

Stoner, de John Williams



Hacía tiempo que no disfrutaba tanto con la lectura de una novela; hacía meses, de hecho. Creo recordar que el último libro que me hizo alcanzar estas cotas de placer estaba firmado por el gran Coetzee.

Me gusta Stoner por la inmediatez de su prosa, por la concreción, por su capacidad para mantener el pulso narrativo durante toda la novela y, sobre todo, por su facilidad para conmover. Una historia como ésta, la vida de un personaje sencillo del medio oeste americano, podría convertirse en un verdadero tostón en manos de otro escritor, uno de esos con tendencia a las digresiones eternas y la paja en el ojo propio. Pero Williams da con la fórmula adecuada para que la historia avance sin una sola piedra en el camino, para que tome las curvas como un Red Bull de Fórmula 1, sin un solo contravolante. Leer Stoner es una gozada para los ojos de cualquier lector. No olvidemos tampoco que a ello contribuye la magnífica traducción de Antonio Díez Fernández.

Stoner narra la vida y andanzas de William Stoner, un hombre sencillo, íntegro y bueno -sobre todo bueno-, cuya existencia se desarrolla entre las dos grandes guerras. A Stoner le toca vivir un duro comienzo vital, a finales del S.XIX, en la granja de sus padres. Posteriormente, cuando accede a la docencia, se ve obligado a lidiar con las zancadillas de sus compañeros de profesión -a quienes molesta tanta integridad-, con el fracaso de su matrimonio con una mujer conservadora y desequilibrada, con el sufrimiento de tener una aventura amorosa, con el embarazo no deseado de su hija... Y lo hace siempre con un estoicismo proveniente de un fuerte arraigo a ciertos valores. 

Tanto la historia en sí como la forma lineal de contarla no se alejan del clasicismo, pero hay un poso de vanguardia, de modernidad en la forma de narrar, que viene marcada por la prosa; por la forma en que ésta avanza partiendo de lo anecdótico y lo convencional. Lo que más llama la atención es el camino que toma Williams para construir su narración: primero resume un poco la situación actual del personaje (hay que tener en cuenta que la historia abarca muchos años), luego se centra en una anécdota, en un instante, en un hecho concreto, pequeño, minúsculo, y lo desarrolla en su versión más dramática y tensa; conmovedora. Después empieza un nueva capítulo...

Vila-Matas la tildó de "obra maestra ignorada" y Rodrigo Fresán dijo, sencillamente, que era "una obra maestra. Y punto". Y estoy de acuerdo con ambos. Me satisface también que sea una editorial independiente (o microeditorial, como diría Sergio Gaspar) quien nos haya acercado esta novela, escrita en 1965 e ignorada durante muchos años, a los lectores españoles. Es una forma de que el público general tenga conciencia de la existencia de estas pequeñas editoriales y, sobre todo, de su importancia dentro del sistema como refugio de la buena y la alta literatura. 

En su año cuarenta y tres de vida, William Stoner aprendió lo que otros, mucho más jóvenes, habían aprendido antes que él: que la persona que uno ama al principio no es la persona uno ama al final, y que el amor no es un fin sino un proceso a través del cual una persona intenta conocer a otra. (p. 170)

domingo, 15 de enero de 2012

Presentación de CUADERNOS Y NOTAS DE VIAJES (1988/2009) de Coriolano González Montañez



El próximo viernes 20 de enero, a las 20 horas, en el  Ateneo de La Laguna (Tenerife), con la inestimable ayuda de Gabriel Cruz, presentación de Cuadernos y notas de viajes (1988/2009).

Un poema del Cuaderno del Mar Egeo (Verano de 1998)

10 (Necrópolis. Tumba de una anciana y de su nieto. Tercer día)

Te amaba hace 2.500 años,
cuando nuestros huesos reposaban
en este agujero.
Te sigo amando ahora que de nuestros despojos
no queda siquiera el polvo.
Te honra mi memoria.
Te honran los ojos que contemplan
nuestra estela.
Solo el canto de las cigarras
enturbia nuestro sueño.

miércoles, 11 de enero de 2012

Víktor Gómez: "La poesía española actual destaca por sus singularidades"


El libro "Por donde pasa la poesía", con poemas de más de 70 autores, da cuenta de la vitalidad y diversidad poéticas del momento


El pasado mes de diciembre veía la luz el libro “Por donde pasa la poesía”, una compilación de poemas de 72 autores españoles y americanos que, desde hace años, han presentado sus obras y poéticas en la Librería Primado de Valencia. Esta reunión ingente de poesía actual en catalán, español desde las tres orillas (Península Ibérica, Canarias y Latinoamérica) e inglés ha sido fruto de un trabajo de recopilación llevado a cabo por la Asociación Poética Caudal, el librero Miguel Morata y el poeta Víktor Gómez Ferrer. Sobre la obra, Gómez Ferrer nos habla en la siguiente entrevista. Por Yaiza Martínez. http://www.tendencias21.net



Víktor Gómez Ferrer.
Víktor Gómez Ferrer.
¿Cuál es el origen del proyecto del libro “Por donde pasa la poesía”, en el que habéis reunido poemas de decenas de autores españoles y latinoamericanos? 

Todo empezó en la Librería Primado de Valencia, una librería de barrio que, en los últimos años se ha convertido en un “punto de encrucijada”, como bien ha dicho el poeta Arturo Borra. A ella han sido invitadas personas muy diversas, relacionadas con el mundo de la poesía, la comunicación y la literatura. 

El título del libro tiene su origen en una frase que surgió en una conversación en la propia librería, en 2007. En una reunión en la que se abordaba, entre otros asuntos, cuestiones como qué poesía leemos, qué poesía desatendemos y qué poéticas están por descubrir y visibilizar, el poeta Quique Falcón dijo algo así como que en España vivíamos muy centrados en lo que aquí se produce, y que estamos especialmente cautivos de las prácticas poéticas que, bajo un canon hegemónico, exponen autores con un consenso general sobre lo estético. Falcón se preguntó entonces: ¿por dónde pasa la poesía? ¿no será que el presente de la historia, el ahora de la poesía, está pasando por otro lugar, por otras latitudes? El poeta se refería especialmente a las Américas de habla hispana. Meses después, curiosamente, Antonio Gamoneda dijo algo parecido en un curso celebrado en Priego (Cuenca), en julio de ese mismo año. 

Así que cuando andábamos buscando un título que expusiera la confluencia de poéticas que ha supuesto la actividad en Librería Primado, y por ende la de este libro, la cita de Falcón nos pareció que tenía un significado múltiple. “Por donde pasa la poesía” (Editorial Baile del Sol): pasa por Primado, por los lectores o usuarios de los servicios culturales allí propiciados; por los extranjeros que han venido con sus poéticas a compartir otros modos de mirar el mundo; y por los ecos y reflejos que otras librerías, como La Fuga en Sevilla o Traficantes de Sueños en Madrid, vienen ejerciendo en el panorama menos conocido de la cultura de resistencia y pensamiento crítico actuales. 

Por todo, el libro coral que hemos editado quiere ser una huella con cuerpo, una instantánea, imagen de un tiempo de comunidad entre poetas y lectores, entre vecinos de barrio y escritores, cuyo hilo es el disenso y la pluralidad, eso sí, de signo anticapitalista, antineoliberal, antifascista, antidogmático. Nos parecía necesario escuchar voces en conflicto, americanas, canarias, peninsulares: del sur, del este, del norte, del oeste, del centro, de los márgenes. Durante todo este tiempo, hemos acogido a poetas de muy diversas influencias estéticas, como respuesta a la complejidad de un mundo convulso, y de profundas desigualdades sociales y culturales. 

Por otro lado, este libro pretende confrontar los intentos reduccionistas de la industria cultural oficial, que ha pretendido normalizar y encapsular la poesía en los muros de lo banal, lo light, lo apolítico (si es que esto es posible) o, lo que aún es peor, dentro de lo político-domesticado, lo político-usurpado. 

¿Cuántos poetas incluye “Por donde pasa la poesía” y cuáles dirías que son los factores que los aglutinan, si es que los hay? 

En la sección de poetas, el libro cuenta con 70 autores. Sus diferencias, su generosidad y proximidad en los encuentros en la librería, su voluntad e intención –a nuestro parecer y sentir auténticas– de atender lo humano, colectiva e individualmente, así como lo ecológico, en un sentido amplio de preocupación por la vida del planeta, son la base sobre la que hemos ido sumando, no a todos los que deseábamos, pero si a una representación justa de ellos, pues consideramos que cada uno de los que está forma parte de nuestra memoria y legado a la comunidad. 

Resulta importante destacar que este libro, sin embargo, no es una antología ni un florilegio, porque desde el principio insistimos en un criterio de selección basado en la praxis vital y en la experiencia comunitaria, así como en la riqueza que nos supuso descubrir los poemas o textos de los autores.

El libro no pretende, por tanto, instaurar un canon, ni tan siquiera un contra-canon, pues entendemos que en la pluralidad de lectores e individuos hay muchos niveles de lecturas y de comunicación, así como modos muy diversos de transmitir el arte y el pensamiento. 

En “Por donde pasa la poesía”, hay autores inéditos, autores consagrados, otros a mitad de camino, y algunos que comienzan. A todos les une la pasión y compasión ante la fragilidad, la vulnerabilidad y la hermosura de la existencia humana. A todos les une el amor y el coraje por los torcidos del mundo. A todos les incendian las injusticias y daños estructurales, políticos o ideológicos, estratégicos o particulares. Todos aman las palabras y renuncian a la manipulación torticera del lenguaje como ejercicio de poder. A partir de ahí, los modos de resolver, de escribir, son tan dispares, que a veces llegan a ser antagónicos. 

¿Crees que este libro es una fiel muestra de la verdadera producción poética que se está desarrollando actualmente en España? 

Sólo en parte. Por dos cuestiones. Por un lado, “Por donde pasa la poesía”, no es un libro que pretenda reflejar sólo lo que se escribe en España, sino que también recoge poemas de poetas americanos y de otros lugares. En este sentido, aunque aún quedan por traer poetas a los que no hemos podido invitar, por limitaciones de tiempo y dinero, sabemos que éstos vendrán o que vendrían porque “espiritualmente” están porque la poesía sea un puente de unión, frente a otras prácticas de ocio masivo o cultural que desunen, aíslan o fortalecen el principio egoísta de la individualidad, que tan bien le viene al sistema actual. 

Por otro lado, no pretendemos decir: “estos son los poetas que molan” y el resto ya son de segunda división. No hay competición. No hay un concurso de excelencia. Hay devenir-vida. Hay devenir-literatura. Son el acontecimiento y su posterior memoria colectiva lo que nos vincula y hermana con estos poetas y sus poéticas. El trazar red, vínculos, imposibles, insostenibles en la distancia. Y a su vez, reales. Porque la escritura facilita esa comunidad imposible cuando pasamos por la poesía, por la re-lectura. Sabemos que hay más poetas que los que han pasado por Primado, estén ya incluidos en el libro o no. Y eso no nos preocupa. Me parece que los 70 poetas que aparecen merecen ser conocidos, leídos, y como no, discutidos. 

¿Qué puede aportar “Por donde pasa la poesía” a sus potenciales lectores, con respecto a otras propuestas editoriales recientes en las que también se ha agrupado a poetas españoles y latinoamericanos? 

Al hilo de lo ya expuesto, y contrariamente a lo que se nos viene insistiendo de separar al autor de su obra, es decir, a la mujer u hombre de su producción poética o crítica, nosotros hemos pasado por una hermosísima experiencia. Conocer a la autora, autor. Conversar, comer, pasear. Después, o antes, escucharle recitar, exponer, exponerse. Despedirse. Volver a su producción literaria y releer más en profundidad y mejor en expansión. Así da igual que viniera Carmen Camacho que Ernesto GarcíaJuan Carlos Mestre que Esther RamónEloísa Otero que Chantal Maillard, Enrique Falcón que Julieta Valero,José Luis Sampedro que Cecilia QuilezIldefonso Rodríguez que Carla BadilloBenito del Pliego que David Eloy. Y seguiría hasta el último por recordar de una lista sustantiva y sustanciosa. 

Cada una de estas personas dignifica la poesía, la vida, la convivencia, la palabra, la amistad. Lo hacen desde lo íntimo y lo político, indisociablemente. Eso nos ha cambiado a nosotros, los que hemos podido ir asistiendo a estas lecturas encuentros. Y, ampliado el sentido radical y nada inocente de publicar poesía para que la lean ciudadanos con corazón, cartera y cabeza. Quizá este planteamiento sea, no estoy seguro, novedoso, cuanto menos, poco valorado en libros donde con afán de antología, canon, o marketing cultural, se ha propuesto al público selecciones de poetas bajo un solo tomo. 

A grandes rasgos, ¿cómo describirías la poesía actual de España y Latinoamérica, a partir de la muestra que habéis recopilado? 

A grandes rasgos, hay varias líneas de fuga, que en ocasiones se entrecruzan. Poéticas de línea clara y comprensión directa. Poéticas de línea más difícil, que se aproximan a lo ininteligible. Siguiendo las vanguardias americanas. Siguiendo las vanguardias europeas. Continuistas de la poesía anterior más convencional en España. Rupturistas. Los poemas en prosa, que nos llevan a esos hibrys desde los que algunos poetas tratan de buscar su voz, llegando a experimentar o dialogar con otros materiales como los plásticos, audiovisuales, o entrecruzando lo literario y lo científico-informativo. Más que estilos, en cualquier caso en este libro percibo singularidades. Modos diferenciados y creativos del cómo hacer. Ahí pasamos de Antonio Méndez Rubio a Chantal Maillard, de Marcos Canteli a Ana María Espinosa o deBegoña Pozo a Forrest Gander, de Olga Muñoz Carrasco a Javier Gil, de Guadalupe Grande a Andres Fisher, por citar sólo unos pocos. Hay voces contundentes como las de Ana Pérez Cañamares o Carmen Beltrán junto a voces imán como las de José María Gómez Valero o Antonio Crespo Massieu. Truenos como los de Enrique Falcón y dardos precisos como los de Laura Giordani. Lo americano otro de Roger Santibañez, lo imaginal real de Mestre o Julio Obeso, lo político insurgente de Matias Escalera o Alberto García-Teresa, etc. 

Ahora, como ya advertimos antes, esta recopilación de autores y poemas va más en la línea de cartografiar un espacio-tiempo, unas prácticas de resistencia y alternativa a lo impuesto por los agente culturales institucionales sometidos al gusto light o neoliberal, que en la de un trabajo taxonómico de exposición ejemplar de los mejores poetas o estilos o poéticos. Que se supiera que estos poetas existen y que se vea que tienen valor, que suman, horadan, problematizan y dialogan con nuestro mundo y nuestro ahora, eso sí era del interés común de la edición. Poesía no para “más sino para mejor”, siguiendo las sugerencias de Sampedro. Y ese mejor se establece en la manera de aproximarse, relacionarse y cuestionar la palabra y la vida, en su irresumible potencialidad y multiplicidades. 

Quisiera llamar la atención al escrito que figura en la contraportada del libro, de Victor Silva, pues es provocadoramente coherente y sincero desde su arranque: ¡La poesía ha muerto: Viva la poesía! 

¿Tiene algo que ver este proyecto de compilación de autores con otro proyecto coordinado el año pasado por varios poetas, entre los que estabas, y que vio la luz bajo el nombre de “Carta abierta en defensa de la poesía escrita en español”? ¿De qué se tiene que defender la poesía escrita en nuestro idioma? 

La Carta abierta en defensa de la pluralidad y convivencia de poéticas surgió del disenso y hartazgo de una treintena de poetas españoles que fueron cruzando vía correo electrónico su malestar ante la cansina y obtusa idea comercial de una poesía unificada bajo un criterio de comunicabilidad fácil, masiva, que elude una visión del mundo crítica y un modo de estar en él de forma coherente. Fue una respuesta a la poesía sin sustrato intelectivo para personas sujetas a lo caprichoso y construido desde un pensamiento disperso y ocasional, como advertía Gramsci, que deriva en ese hombre-masa que consume cualquier bazofia, cualquier comida basura, la digiere y antes que alimentarle le satura por un lado de placer por sus compuestos de azúcar, sal, amargor, que instintivamente le hacen atractivo lo insano, por otro lado de colesterol, hasta colapsar invisiblemente su organismo e incapacitarlo para moverse (infarto). 

Frente a esa poesía que se defiende auto-proclamándose como la verdadera poesía, la más social y comprometida políticamente, la única a la altura de los tiempos, surgió una Carta abierta que exponía la riqueza de la mezcla, la pluralidad de lo extranjero, la realidad de las migraciones, en lo social, en lo geográfico, en lo estético y cultural, y que, frente a la demagogia de un arte único constataba lo potenciador y sanador del intercambio de praxis culturales, de poéticas tan diversas como diversos son los individuos, pueblos, razas, grupos, geografías, historias que componen el mosaico que llamamos Humanidad. 
No hay que despreciar a culturas por ser sus valedores minorías étnicas o tribales. Cada una suma lo suyo. Y que todas estas poéticas convivan mejora y justifica esa compleja situación geopolítica de la globalización, que bajo la idea de un pensamiento o poesía única es más bien un globo-imperialismo, que es rechazado por esta Carta radicalmente.

Víktor Gómez: "La poesía española actual destaca por sus singularidades"
Si la Carta abierta data de junio de 2011 y fue escrito desde una pluralidad anónima de poetas (cinco redactores en connivencia y complicidad y otros 25 o 30 poetas más), en un trabajo colectivo de examen y exposición de la problemática de la práctica poética, el libro coral “Por donde pasa la poesía”, que empezó a gestarse como tal en 2009, ya venía con la semejanza, con la afinidad a estos presupuestos. A ello han contribuido, además de los poetas reunidos en el libro, diversos autores, como José Luis Sampedro o Carlos Taibo, que han participado en el libro con sus reflexiones, y el músicoLucho Roa, que ha puesto música a algunos de los poemas recogidos. 

Así que fue como juntar dos piezas de un puzle aún incompleto, de una manera de entender la actividad cultural como beneficio para la sociedad, para una sociedad plural que desea convivir en igualdad de oportunidades, con libertad y sin servidumbres ni manipulaciones mediáticas, comerciales o ideológicas. 

“Por donde pasa la poesía”, en resumen, es un arte-facto político, entendido lo político como superador de la política, que nos lleva por la calle de la amargura, por una calle de dirección única… al desastre. Lo político lo hacemos entre todos, participativamente. La política la hacen tres, al servicio del Capital. La poesía no está al servicio del Capital, sino de la vida y la convivencia. La poesía que se deja poseer por el Capital o sus perros se convierte en un arma homicida. Frente a la calle de dirección única, lo abierto. Decía no hace mucho Antonio Méndez Rubio que nos han robado el exterior. Se lo han agenciado. No tenemos exterior. Si la poesía no es intento de frenar y contrarrestar ese abuso, esa violencia, ¿para qué sirve? “Por donde pasa la poesía es el exterior”, también. La Carta abierta sólo puede ofrecer apertura a lo exterior. Un exterior que es el lugar de la comunidad. Una comunidad que es lo fotografiado en el libro “Por donde pasa la poesía”. Un exterior para ser comunidad de amantes, no los presos vigilados en un amplio patio carcelario. 

En cuanto a de qué se tiene que defender la poesía, sobre eso añadiría que el arte y el pensamiento deben defenderse de la manipulación, de las apropiaciones indebidas, de los acosos del poder, es decir de quienes con poderosos recursos económicos, políticos y sociales, se sirven de la mentira y de la tergiversación para anular la capacidad que tiene el ser humano de hacer análisis, evaluación y proposiciones sobre los conflictos históricos, de naturaleza política, social, cultural o religiosa. 

La poesía, en concreto, tiene la capacidad de escribir lo no escrito, lo que la historia oficial ha negado u ocultado o contado sin rigor ni objetividad acerca de los hechos consumados. La poesía además, desde la remembranza, los sueños y la memoria, consigue desvelar posibles sincronicidades y semejanzas que en lo colectivo e individual nos sirven para tomar conciencia y consciencia de cómo somos, del "presente como imagen más íntima del pasado" y del futuro como poso de lo ancestral, de lo ya vivido pero no atendido en nuestro devenir. 

La poesía es vida, es experiencia de lo decible pero también pulsación de lo indecible, de lo incompleto que es siempre a nuestra capacidad limitada lo real de la existencia, del mundo, del ahora. Al haber tantas maneras de vivir, tan amplias geografias del sentir y del actuar en una globosfera inaudita y emergente, la complejidad que suponen las migraciones y mestizajes conlleva respetar, defender todas las poéticas que deriven de esas sociedades, tribus, grupos, pueblos, independientemente de su tamaño y potencias económico o político en el virulento Mercado Mundial. 

La poesía hay que defenderla también de la poesía. Lo que sólo es poético mata a la poesía, decía Holan. También en su defecto, sin un ápice de lírica, no hay poesía. Los hibrys ahora nos lo ponen difícil con las nomenclaturas y géneros. Lo obvio, hay que defender las prácticas literarias que nos ayudan a ser personas, a ser justos y generosos, a convivir y respetar todas las vidas. Hay que defender la poesía de las servidumbres del poder, ya sea religioso, ideológico, político, económico. Hay que defender la poesía como un Caudal de poéticas de muy varia condición, alcance, grosor, música. Hay que defender la poesía de la banalidad, de los neofanatismos, de lo pre-sentido, de lo pre-fijado, de lo pre-acordado. Sin libertad y creatividad la poesía es un fósil. Hay que defender a la poesía de las carencias de compasión y ardor intelectual, del vaciamiento de profundidad vital, de la elocuencia publicitaria y el dogma teológico. De los rankings de audiencia, de los podiums de la fama o los premios literarios.

martes, 10 de enero de 2012

Ficcionarium - Fernando Palazuelos


Casi un centenar de microrrelatos y seis cuentos de mediana extensión componen este libro del escritor bilbaíno Fernando Palazuelos. Tiene, a mi modo de ver, mucho de juego la parte de los microrrelatos, de taller de experimentación. Dije en una entrada muy reciente que no era amante de los microficciones pero reconozco que es en este campo, seguido del cuento, donde los autores más arriesgan, donde más buscan nuevas formas de expresión. Otra cosa es el resultado final.

Da la sensación de que el autor se ha divertido mucho montando estas dos partes (la parte primera y tercera del libro). Y quiere que nosotros, en cuanto a lector, también juguemos. Para ello ha creado un índice al final donde nos indica, en cada caso, si la microficción es verídica, ficcional o híbrida. Así, descubrimos que muchos hechos inverosímiles de la historia son reales y otros, que parecen auténticos, son pura invención. Este me parece un gran acierto del libro, la creación de ficciones partiendo de la Historia, pero dándoles un giro y fantaseando con otro futuro. Al fin y al cabo la Historia no es objetiva y depende mucho del autor que nos la cuente.

En cuanto a los seis relatos, integrados en la segunda parte del libro, todos giran en torno a la creación. Tienen estos cuentos un aire borgeano: la biblioteca inmensa e inabarcable de Obsesión o el cierto tono ensayístico en Vigilante nocturno, con sus universo paralelo incluido. Los personajes, asimismo, están muy bien construídos, el limpiabotas de La vida desde abajo o el ascensorista deEl hombre que pudo pisar la luna me parecen de una profundidad admirable, más aún teniendo en cuenta de que no son los protagonistas absolutos de los respectivos cuentos si no, más bien, los catalizadores de la acción.

lunes, 9 de enero de 2012

Stoner: la genial apuesta de una editorial tinerfeña

Baile del Sol confió en la novela "Stoner" cuando nadie conocía el libro ni a su autor, el norteamericano de escasa producción John Williams. La pequeña empresa editora compró los derechos para España y ya sacó la segunda edición de una obra que el escritor Enrique Vila-Matas califica de "obra maestra ignorada".



JOSÉ D. MÉNDEZ, S/C de Tfe.
"En las ferias de la Península, la gente nos pide la novela directamente: ¿Tiene usted el Stoner? El boca-oreja ha originado un efecto dominó que nos halaga y nos ha sorprendido". Lo aseguran Ángeles Alonso y Tito Expósito, responsables de la pequeña empresa editora Baile del Sol, cuya sede está ubicada en el Callejón del Combate de Santa Cruz de Tenerife. En octubre del 2010 tuvieron la iniciativa de comprar los derechos para España de "Stoner", una obra desconocida de un autor con escasa producción como es el estadounidense John Williams (1922-1994). Algo más de un año después, aquella "locura" se ha convertido en una genial apuesta empresarial y cultural.
Para entender la trascendencia de la novela basta el ejemplo de Enrique Vila-Matas, que la calificó de "obra maestra ignorada", en El País del pasado 18 de octubre. El escritor catalán alabó "la buena vista" de Baile del Sol y "la excelente traducción". En ese mismo artículo, Vila-Matas se hizo eco de la opinión del actor Tom Hanks, que podría estar preparando una adaptación al cine: "Se trata simplemente de una novela sobre un tipo que va a la universidad y se convierte en un maestro. Pero es una de las cosas más fascinantes que jamás he encontrado".
Tito Expósito explica la génesis de la idea: "Soy un apasionado de la escritora francesa Anna Gavalda y leí una entrevista con ella en la que afirmaba que tenía el proyecto de editar esta novela en francés. Hizo una entusiasta semblanza del autor y a partir de ahí comencé a investigar. Me enteré de que estaba libre de derechos para España y los compramos. Sacamos la primera edición en octubre de 2010 y la segunda un año después con unos 1.200 ejemplares en cada una".
"Ha tenido una gran repercusión en el Estado -añaden-, pero muy poca en Canarias. Aquí tuvimos pedidos de apenas treinta ejemplares después, incluso, del artículo de Vila-Matas y, por contra, más de mil desde la Península".
Ángeles apunta: "Es un libro apasionante de tintes autobiográficos en el que te inmiscuyes quieras o no. Una historia simple en la forma, pero muy profunda, que se desarrolla entre las dos guerras mundiales en el ambiente universitario y rural de Missouri".
Respecto al posible interés de Tom Hanks para llevarla al cine, los responsables de la editorial lo tienen claro: "Es algo factible porque se trata de una novela muy visual, posible origen de un buen guión. Hanks aseguró que esta es su obra favorita en una entrevista que fue portada de The Times".
El nombre de Baile del Sol hace referencia a la celebración del solsticio de verano. Ese día "el sol baila -aseguran-; nos gustó como búsqueda de las raíces o la fertilidad, y hasta la fecha". La editorial cumple veinte años en 2012. Ángeles y Tito afirman al respecto: "Hay que ser valiente, arriesgado y loco, además de paracaidista sin red, para seguir en este negocio. Llevamos dos décadas con la filosofía de dar oportunidades a quien no ha publicado. Nos consideramos editores literarios que buscan la calidad y pretendemos dar a conocer a escritores de otras geografías como Europa del Este, Brasil o África, nuestras principales propuestas del año. También apostamos por la gente joven y combativa que haga pensar al lector".
Alonso y Expósito tienen claro que "la crisis ha hecho bajar las ventas, pero el que lee lo sigue haciendo con libros en papel o electrónicos; estos últimos, al menos de momento, no acabarán con el formato de siempre. El amor a la lectura se transmite de padres a hijos, es una costumbre que adquieren los niños y mantienen luego de mayores. No se debe obligar a nadie a leer lo que no le guste, un error de muchos planes educativos que hacen políticos y no profesionales". "Hay ahora un cierto auge de la novela negra en Canarias -valoran- pero la lectura es a gusto de consumidor, caben todos los géneros, desde best sellers a poesía social".
La conclusión sobre el panorama cultural canario actual es rotunda: "Los recortes en el libro no son nuevos. No tenemos ayudas hace tiempo, pero sí opinión y un recorte global así carece de fundamento. La única lógica es perversa: que la gente no piense. Porque sin cultura no hay conciencia crítica y nos convertimos en borregos".
Las mejores críticas
El pasado 24 de diciembre, el suplemento Cultural del periódico ABC incluía en la lista que sus colaboradores han elaborado sobre lo mejor y los mejores de 2011 la novela "Stoner". Rodrigo Fresán escribía: "No es fácil elegir un solo título en lo que hace a la calidad y el genio; pero la empresa se simplifica si buscamos ese "algo más" que distingue y hace la diferencia... Ilumina con luz propia esta novela clásica y única y más allá de modas y modelos y modales. Así, un autor poco conocido (el texano John Williams, 1922-1994), una pequeña editorial insular (Baile del Sol, Tenerife) y un título firme y duradero: Stoner". El Periódico de Cataluña recomendaba el pasado diciembre la novela "Stoner" como lectura navideña y la definía como una "obra maestra clásica y pura". Esto escribía su redactora Elena Hevia: "Poco a poco y sin más publicidad que la que le han dado sus entregados lectores, esta novela se ha abierto paso a través del olvido desde su escritura en 1965. Con una prosa conmovedora por su clasicismo y la pureza de su concisión, relata la vida de un profesor desde sus orígenes campesinos, trasunto de su autor. Una joya".

domingo, 8 de enero de 2012

sábado, 7 de enero de 2012

Thoreau, la naturaleza como ideología


Tras ‘Cape Code’ y ‘Los bosques de Maine’, Baile del sol publica ‘Un yanqui en Canadá’, obras de Henry David Thoreau que se editaron póstumamente entre 1864 y 1866.

CÉSAR DE VICENTE HERNANDO
MARTES 3 DE ENERO DE 2012.  NÚMERO 164  NÚMERO 165
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Ilustración: Pincho
A Henry David Thoreau se le conoce sobre todo por su Walden, el relato que publicó en 1854 como diario de su experiencia durante “dos años y dos meses” en una cabaña construida por él mismo junto a la orilla de la laguna de Walden, cerca de la ciudad de Concord, al noroeste de EE UU, allí donde Emerson había formado su grupo de trascendentalistas.
También se han leído sus influyentes escritos políticos sobre la desobediencia civil, sus textos a favor de la abolición de la esclavitud y sus reflexiones acerca de una vida plena. Se pueden encontrar estudios sobre su vida y sus ideas (Thoreau. Biografía esencial, de Antonio Casado da Rocha), pero apenas se conocía, hasta la edición de Los bosques de Maine (Baile del Sol, 2007) y Cape Code (Bailedel Sol, 2009), la materia ideológica común a la mayor parte de su obra: la concepción de la naturaleza como el lugar privilegiado en el que el ser humano puede pensarse. Estos libros son anotaciones en forma de diarios de varios viajes, algunos realizados en años diferentes, que tratan de explorar el territorio nororiental norteamericano donde vive Thoreau. Las descripciones de montañas, lagos, ríos; de fauna y flora, de tribus y actividad de cazadores y empresas madereras; los sonidos y sensaciones. Y, sin embargo, estos libros no son los de un “turista” que viera el territorio como lugar de satisfacción ociosa, ni los de un “naturalista”, enfrentado a la tarea de catalogar y cartografiar lo que ve.
Desde el primer momento Thoreau intenta ver de otro modo. Este rasgo para el que se requiere “dejar la ciencia de lado y disfrutar de aquella luz”, que hace que la naturaleza produzca la expectación de un lugar del conocimiento, es significativo porque está en la base de toda una literatura norteamericana que venía a retirarse del gran proyecto liberal de construcción del capitalismo, sin abandonar por ello esta misma ideología.
Thoreau siguió en este sentido el programa que Ralph Waldo Emerson puso al frente de su La naturaleza: “Nuestra época es retrospectiva. Construye los sepulcros de sus padres. Escribe biografía, historia y crítica. Las generaciones que nos precedieron miraban a la cara a Dios y a la naturaleza; nosotros, miramos con sus ojos. ¿Por qué no tener también el privilegio de una relación original con el universo? ¿Por qué no tener una poesía y una filosofía que inquieran en los arcanos, no en la tradición; y una religión que nos sea revelada, y no la historia de la religión de nuestros padres? Dentro del seno de la naturaleza por un tiempo, con su afluencia de vida correteando alrededor y a través nuestro, invitándonos con sus poderes a toda acción proporcionada a su natura, ¿por qué andar a ciegas buscando entre los huesos del pasado, o hacer escarnio de todo lo viviente por lo ajado de sus ropas? También hoy luce el sol. Hay más lana y lino en nuestros campos. Hay tierras nuevas, hombres nuevos, ideas nuevas. Exijamos nuestras propias obras, y leyes, nuestro propio culto”. Es por ello que Thoreau ensaya una vida libre “de los puros artificios e innecesarias labores”, donde construir “considerando qué fin guardan en relación con la naturaleza del hombre una puerta, una ventana, un sótano o una buhardilla”, buscar la soledad, “mirar lo que ha de ser visto” y entrar en la naturaleza.
Pero esta vida olvida (es también función de la ideología) lo histórico del ser humano, omite las determinaciones y la otra gran enunciación política, ‘yo soy por otro’, que se opone radicalmente a la del ‘yo soy por mí mismo’ producida y reproducida hasta la nausea por las ideologías liberales. Así, Thoreau, suscribiendo la conocida anotación de Emerson de que “no hay Historia, sólo biografía”, escribe en todos estos libros el nudo fundamental de la ideología liberal: “vivir deliberadamente, enfrentarse sólo a los hechos esenciales de la vida, y ver si puedo aprender lo que ésta tenga que enseñarme”. Entrar en la naturaleza, como entrar en lo salvaje, es para Thoreau absorber lo vivo de ella, lo no sometido a la humanidad, entrar en una edad primitiva. En la película de Sean Penn Hacia rutas salvajeses posible encontrar esta directriz: el viajero abandona su identidad civil, quema el dinero como si fuera un digger, abandona amigos y familiares, y se dispone a llegar al centro de lo salvaje, afrontar qué se es en tanto que individuo. Sólo que Penn restituye lo que falta en Thoreau: a los otros seres humanos.
En los tres libros de viajes de Thoreau los seres humanos apenas son algo más que parte del territorio. Penn los muestra como una relación. Con todo, el gran mito liberal fracasa: Thoreau lee la naturaleza, la comprende y le da un sentido solamente a partir de lo que la cultura y la sociedad ha hecho con él. De lo que otros han hecho de él. La naturaleza es, verdaderamente, un documento de cultura. Las constantes interpretaciones de sonidos, lugares, animales y situaciones a partir de textos literarios como El paraíso perdido de Milton o Robinson Crusoe, de mitos y otras obras científicas (mapas y descripciones de naturalistas de otros viajeros) lo ejemplifican bien. El proyecto de Emerson, que Thoreau emprende, de “retirarse tanto de sus aposentos como del resto de los hombres” para estar solos es imposible.
Los libros de Thoreau lejos de nuestro tiempo en buena medida, nos permiten vislumbrar entre sus páginas el momento crítico en el que la ideología liberal se quebró, el modo en que se produjo la división y la dominación de unas tendencias filosóficas sobre otras, de la disfunción y las contradicciones en que empezó a manifestarse la ideología liberal en un momento histórico en que triunfa el desarrollismo capitalista (sostenido en el liberalismo económico) y el parlamentarismo (sostenido en el liberalismo político). La naturaleza en estos libros trata de invertir la dirección de esa historia. Como residuo ha funcionado contra la sociedad industrial y después contra la sociedad de consumo, influyendo en el anarquismo y en el ecologismo. Años después de Thoreau, otros escritores, como Jack London o Bruno Traven, abordaron la naturaleza como parte de una relación social. Entonces el liberalismo ya había entrado en conflicto con el socialismo y la naturaleza fue desplazada del debate ideológico. 

jueves, 5 de enero de 2012

Stoner, de John Williams



José Ángel Barruecos/Escrito en el viento/VIERNES, DICIEMBRE 30, 2011



Es la novela que más personas me recomendaron en 2011: lo hicieron David González, Daniel Ruiz García, Karmelo C. Iribarren, Kebran, Eduard Felip Devesa y, por supuesto, su editor (Tito Expósito) y su traductor (Antonio Díez). Y probablemente algunas personas más, sin olvidar que, en la prensa, la reseñaron escritores como Enrique Vila-Matas, Rodrigo Fresán o Luis Antonio de Villena. Y a todos debo darles la razón, ahora que por fin la he leído y finalizo el año con ella: Stoner es una obra espléndida, que ostenta el toque de los maestros y la sensibilidad de los clásicos.

¿Qué tiene Stoner para que nos embruje tanto?

En primer lugar: su prosa, que me recuerda un poco a la de John Cheever. Ambos, Cheever y Williams, poseen la misma eficacia para contarnos las vidas de hombres corrientes, de ciudadanos normales a los que todos conocemos o a los que terminamos por parecernos. Ambos saben que, bajo esas vidas un poco anodinas y algo grises, siempre laten secretos e infidelidades. Y nos muestran lo que hay bajo la alfombra. William Stoner es un hombre que empieza ayudando a sus padres en la granja, decide estudiar y luego oficia como profesor de literatura. Entre medias: las dos guerras mundiales, su noviazgo y posterior matrimonio fallido, la rivalidad con algunos colegas, la pasión literaria y docente, la educación de su hija, la relación infiel con otra mujer, el desencanto… Mediante esa prosa sólida y sencilla (pero no simple), John Williams construye o reconstruye la vida de un hombre, desde su nacimiento hasta su muerte. Y nos va atrapando desde las primeras líneas.

En segundo lugar: esos mismos tonos grises de la vida de un hombre corriente podemos entenderlos perfectamente. Se siente empatía hacia el protagonista. En varias ocasiones en la novela se cita el fracaso. ¿Quién no comprende o ha sentido en sus carnes la zarpa del fracaso? Entendemos las decepciones de Stoner, sus amoríos, sus rivalidades. En este sentido, todo el libro despide un aire de desencanto y tristeza con el que el lector conecta desde el principio. Nos recuerda también a esos novelones sobre personajes que van ascendiendo y descendiendo en la escala social: de autores como Charles Dickens o Henry James. Novelas sobre gente que tropieza una y otra vez, y una y otra vez se levanta y vuelve a intentarlo.

Si buscásemos comparativas en el cine (es raro que nadie haya adaptado esta novela), su clasicismo y su sobriedad y su lentitud (sin embargo, plena de emoción) podrían asemejarse a las de algunas películas de Clint Eastwood. Esa manera lenta y firme y entretenida de contar una vida que Eastwood ha demostrado enBirdBronco BillyEl aventurero de medianocheBanderas de nuestros padres o El intercambio, es la misma que demuestra Williams en Stoner. De hecho, no se me ocurre otro director para transformarla con fidelidad en una película.

Os dejo con el principio y con un fragmento de la mitad de la novela:

William Stoner entró como estudiante en la Universidad de Missouri en el año 1910, a la edad de diecinueve años. Ocho años más tarde, en pleno auge de la Primera Guerra Mundial, recibió el título de Doctorado en Filosofía y aceptó una plaza de profesor en la misma universidad, donde enseñó hasta su muerte en 1956. Nunca ascendió más allá del grado de profesor asistente y unos pocos estudiantes le recordaban vagamente después de haber ido a sus clases. Cuando murió, sus colegas donaron en su memoria un manuscrito medieval a la biblioteca de la Universidad.

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Nada había cambiado. Sus vidas se habían consumido en un trabajo triste, rotas sus voluntades, sus inteligencias aturdidas. Ahora yacían en la tierra a la que habían entregado sus vidas y, lentamente, año tras año, la tierra les acogería. Lentamente la humedad y la descomposición infestarían las cajas de pino que contenían sus cuerpos y, lentamente, tocaría sus carnes y, finalmente, consumiría los últimos vestigios de sus sustancias. Y se convertirían en partes sin importancia de aquella obcecada tierra a la que largo tiempo atrás habían entregado sus vidas.    


[Traducción de Antonio Díez Fernández]